Atrás quedaron las raquetas  Babolat, Head, Wilson, Prince… asimismo, la arcilla del Club de Tenis Buena Vista. Ahora, los jugadores que intervienen en el Challenger de Quito no disputan singles o dobles… arman su 11 y  saltan al césped de Casa Blanca para jugar un partido de fútbol.

Los equipos son Argentina y Resto del Mundo. Los cotejos del Challenger concluyen ya pasadas las 16:00 (del miércoles), pero la actividad de los tenistas no termina ahí. Ha sido un día dinámico, ya que las bromas entre los integrantes de uno y otro conjunto han empezado desde la mañana, cuando Héctor Pozo, coordinador de logística del torneo, entregó las camisetas a los “futbolistas”. 

“Ni vayan a la cancha, por gusto, vamos a ganar… mejor ni aparezcan”, lanza Agustín Velotti, tenista argentino, a varios de sus rivales que están descansando en la sala de jugadores del club.

Las disputas con cánticos en contra del rival se encienden en el  lobby del Swissotel, pasadas las 21:00. “Poropopo, poropopo, el que no salta es un argentino mar…”, gritan los integrantes de Resto del Mundo, liderados por el ecuatoriano Walter Valarezo, el entrenador colombiano, Jaime Cortez, y el tenista, también “cafetero”, Carlos Salamanca.

Cuatro vehículos se dirigen hacia Casa Blanca, van pegados camino a Ponciano. El tráfico es pesado, ya que en el mismo escenario deportivo se juega el partido entre Liga  y Deportivo Quito, lo que ocasiona que las vías de acceso al estadio estén congestionadas.

Son las 22:00 y la cola al estadio es larga. En cada parada que los vehículos de los tenistas se juntan, salen cánticos en contra de quienes van en el otro automotor; parece un duelo de barras del clásico capitalino que está concluyendo en Casa Blanca, pero acá los protagonistas  son los propios jugadores.

Son las 22:30 y el estadio de Ponciano está vacío (minutos atrás Liga había vencido al Quito 1-0 y la cancha estaba libre para los tenistas).

“Tocá la bola que me muero de frío”, dice Facundo Bagnis,  capitán de los argentinos. El “Chino”, Jorge Gerosi, coach argentino, dirige a sus compatriotas. “Muchachos, vengan para las fotitos, todos bien uniformados”, indica Gerosi a sus pupulos, entre los que también consta el español Rubén Ramírez Hidalgo.    

En la banca contraria, Jaime Cortez, entrenador colombiano, quien aprendió a jugar tenis en Quito, grita “cállate ‘Chino’, tú no sabes nada de esto”. Cortez manda en Resto del Mundo, pero a diferencia de Gerosi, el “cafetero” sí es parte de los jugadores en cancha.

El francés Eric Prodon, primera siembra del torneo (92 en el ranking ATP), no juega, ya que tiene partido al siguiente día, no así Carlos Salamanca (campeón en Quito en 2008), quien es el 9 de Resto del Mundo, y que tendrá actividad en el Challenger el viernes (hoy). “Gana Resto del Mundo, Argentina no sabe jugar fútbol”, expresa con un español entrecortado Prodon.

En el campo, el equipo mezclado por ecuatorianos, colombianos, mexicanos y estadounidenses (juegan con la camiseta de Alemania) es superior. A pesar de las gambetas cortas y toque elegante de Diego Schwaratzman, Facundo Bagnis y Agustín Velotti, el juego más preciso y contundente de “Wally” Valarezo, Cortez, Éric Núñez, Salamanca y de “Chevy” (el colombiano Sebastián Serrano) dio mejores resultados.      

Así, “Chevy” abre el marcador, con un tiro cruzado para vencer a Pozo, quien en el torneo coordina la logística, pero que en el partido de fútbol ataja para Argentina. “Wally” marca la segunda luego de una corrida por la banda zurda.

El arco sur de Casa Blanca que en varias ocasiones defendió José Francisco Cevallos fue derrotado por Valarezo. La estirada de Pozo no evitó el tanto del jugador ecuatoriano, quien actuó en el Challenger gracias a una invitación.

Parece que llega la remontada “gaucha” tras los tantos de  Sebastián Decoud y Facundo Bagnis, pero estos goles no fueron suficientes. En el ST, Serrano vuelve a marcar con un derechazo y pone en ventaja nuevamente a las “Naciones Unidas”.

Salamanca, quien está vigente en el Challenger tanto en singles como en dobles (hace pareja con Eduardo Struvay) pone la cuarta, tras una corrida de Valarezo. El colombiano bien parece un delantero de un equipo de fútbol, con su imponente estatura (1.96 m).

El quinto tanto llega por intermedio del mexicano Manuel Sánchez. “Bien charro, así, solo pégale y la bola entra solita, ya te salió un gol y puede venir otro”, le dice Cortez al “azteca”.

Bagnis acorta distancia con un tiro de fuera del área, pero Juan Carlos Castello, entrenador de Agustín Velotti, anota un gol en contra y el cotejo concluye 6-3.

En la jornada de ayer, el español Daniel Muñoz-De la Nava, el argentino Facundo Bagnis  y Benjamin Balleret del Principado de Mónaco se clasificaron a  cuartos.