Barcelona se aísla y apela al silencio para recuperar la calma
En las afueras del estadio Monumental se percibe la frialdad del ambiente barcelonista. Las puertas de acceso a este escenario están cerradas y el portero que la resguarda no tiene la menor intención de abrirlas.
Son las 08:30 y pese a la lluvia que cae en el suroeste de Guayaquil más de una decena de periodistas esperan que se aclaren los rumores sobre la supuesta renuncia del técnico Gustavo Costas. “No sé, a mí no me han confirmado nada, debo esperar que me lo autoricen”, dijo el portero cuando los comunicadores se le acercaron para consultarle si habría acceso o no al entrenamiento.
El hermetismo se ha vuelto recurrente en el Barcelona. Ayer se informó que el conjunto “canario” entrenaría, pero no si la prensa iba a poder ingresar. Los minutos pasan y los periodistas de distintos medios comienzan a llegar al sitio. Entre todos se preguntan cuál será el decreto final.
A las 08:45 la lluvia ya se ha detenido y entre los reporteros empieza a correr el rumor de que la sesión de práctica es a puerta cerrada y que nadie podrá ingresar. Eso comienza a causar molestia en algunos, pero la mayoría decide esperar más tiempo.
Todos intercambian opiniones sobre la actualidad del elenco amarillo, lo que se dice en medios internacionales y nacionales. Esto, además de informarlos, permite que no se sienta tan larga la espera.
Es que la incertidumbre sobre lo que realmente acontece en filas “canarias” es grande. La supuesta división dentro del grupo, la renuncia de Gustavo Costas, la salida de Gonzalo Castillejos, entre otros, son temas no aclarados por completo y que los medios quieren averiguar para poder informar a la hinchada, que también se mantiene a la espera de un desenlace.
“Ahí viene Luigi a hablar”, dice uno de los reporteros deportivos cuando a lo lejos se ve descender desde una colina el auto de Luigi Machiavello, jefe de prensa de Barcelona. Se baja de su vehículo, pasa la puerta que impide entrar a la prensa, se acerca dispuesto a “dar la cara” en este momento, cuando todo en el “Ídolo del Astillero” ha estado matizado por el silencio.
Antes de que Machiavello pueda decir algo ya hay grabadoras y micrófonos cerca de su boca. Primero se disculpa por no responder los diversos mensajes que le llegaron a su celular. “Bueno, agradezco su presencia aquí, pero les informo que la directiva y el cuerpo técnico de la institución han decidido que el equipo no tenga contacto con la prensa”, afirma de manera escueta.
Luego de esa aclaración, las preguntas comienzan a surgir una tras otra sin dar espacio ni siquiera a las respuestas del entrevistado. “Queremos lo mejor, que los jugadores viajen tranquilos a México para jugar este partido importante ante Toluca”, asegura Machiavello, quien trata de responder cada cuestionamiento que se le lanza.
También aclara que esta decisión no se trataba de un ataque a la prensa ni una insinuación de que ésta sea la culpable de nada. Aclara que el equipo necesita tranquilidad porque está “tenso”. “Lo que quiere el equipo es descomprimirse un poco para después volver a tener las ruedas de prensa normalmente”, agrega.
Machiavello pide disculpas a nombre de la institución amarilla, pero también comprensión a los medios y dice que esta decisión se debe a que ciertos periodistas han “inventado historias” que no son ciertas y eso ha causado un malestar general en el club. Luego de sus declaraciones, vuelve a traspasar la puerta que permite el acceso al estadio, mientras los comunicadores se quedan afuera.
El malestar es general entre los periodistas. Creen que esto no solucionará los problemas futbolísticos de Barcelona y que, además, impide que el hincha amarillo esté al tanto de lo que en realidad sucede en su equipo.
Minutos más tarde Frickson Erazo, central torero, se pronuncia mediante su cuenta twitter. “Quien habla estupideces de división de jugadores, que Máximo y yo lideramos un grupo, y que Damián y Ariel otro, lo desmiento totalmente. Soy uno de los que se mata por la unidad del grupo junto con Máximo, Damián y Ariel. No le hagan mal al equipo, déjennos salir de esto, que ya saldremos, entiendan que son escuchados por cientos de miles de hinchas. No jueguen con nuestra reputación ni mucho menos con nuestro prestigio y el sentimiento del hincha. Me harté de tantas tonterías, cuando quedamos campeones todos se subieron al barco, hoy en día somos pocos los que quedamos en él. No diré más!”, enfatizó el defensa nacional en 5 tweets consecutivos.
Lo cierto es que el hermetismo es mayor en Barcelona y que solo los resultados y el tiempo podrán decir cuál es la situación real del “ídolo” del país. Solo queda esperar hasta el próximo viernes, cuando las puertas del Monumental se vuelvan a abrir para los medios de comunicación.