Barcelona revive su idolatría
Fueron 14 años de frustraciones, de burlas, de desilusiones... 14 años negativos quedaron atrás, anoche, tras la consagración de Barcelona como campeón nacional. Su hinchada simplemente enloqueció.
El delirio reprimido durante este tiempo fue liberado y no fue precisamente con un triunfo del “Ídolo”, sino por la derrota del rival de barrio de los “canarios”, Emelec. Los hinchas “canarios” estuvieron más pendientes del cotejo entre Deportivo Quito y el “Bombillo” que la propia fanaticada emelecista.
Esto se observó en varias ciudades del país. Los jugadores de Barcelona vieron el cotejo en la concentración del club, mientras que centenares de hinchas se apostaron en la avenida 9 de Octubre (centro de Guayaquil) para seguir el partido desde los televisores que las diferentes tiendas de electrodomésticos tienen en sus vitrinas.
En el sector de Víctor Emilio Estrada y Las Monjas, en Urdesa, varios barcelonistas también se unieron a la celebración, que se mantuvo durante el cotejo de Emelec y fue más fuerte cuando finalizó.
Los salseros prefirieron verlo en el local Cabo Rojeño, mientras que otros cientos de hinchas solo seguían el cotejo por radio, pero apostados a las afueras del estadio Monumental. Cuando Deportivo Quito se puso en ventaja 1-0, el ambiente festivo entre los “amarillos” se encendió, ya que con ese resultado era suficiente para que Barcelona se consagre campeón.
En los minutos finales del encuentro, Deportivo Quito se puso 2-0. Cuando finalizó el partido entre “chullas” y “eléctricos”, quedó atrás la creencia de las maldiciones de Cyril Makanaki (jugador camerunés que pasó por el “Ídolo” en 1996) y de los brujos del Vasco Da Gama (elenco brasileño que enfrentó a los “toreros” en 1998).
Los 50 gendarmes que estaban en los exteriores del Monumental solo controlaron, por algunas horas, el delirio de los hinchas, quienes apenas se confirmó el título del “Ídolo” exigieron la presencia de los jugadores. En la concentración, los futbolistas “amarillos” festejaron en la intimidad. No tenían planificado reunirse con los aficionados.
Pero alrededor de las 22:20 los jugadores Jorge Ladines, Frickson Erazo y Michael Arroyo bajaron desde la concentración y saludaron rápidamente, desde la parte interior de los parqueaderos del estadio, con los fanáticos que se encontraban allí.
Pero los barcelonistas se mostraron más eufóricos y de inmediato forzaron la puerta de afuera de los parqueaderos e ingresaron a los predios del escenario deportivo. Avanzaron hasta los exteriores de la concentración y poco hicieron los policías para detenerlos.
La multitud tumbó la puerta y entró hasta la zona de estacionamientos de la concentración. Mientras que los aficionados saltaban en los capós de los carros de los jugadores, estos últimos se reían desde las ventanas del segundo piso de la concentración y cantaban las canciones de Barcelona junto con los aficionados. “Ringo, Ringo, Ringo”, gritaba la hinchada, mientras José Amaya levantaba su puño en señal de victoria.
Minutos después, los barcelonistas por fin pudieron ver a los jugadores. La celebración continuó en el estadio Monumental. Los directivos ordenaron que se encendieran las luces de la cancha y los jugadores acudieron al terreno de juego, en el que el sábado se enfrentarán a Olmedo (14:00). Ahí los “amarillos” darán la tradicional vuelta olímpica y recibirán el trofeo de campeón de la temporada 2012 por parte de la Ecuafútbol.
Entre tanto, en Quito, el ambiente era similar al que matiza las fiestas de fin de año. Tras el segundo gol de D. Quito ante Emelec, los hinchas de Barcelona hicieron cuenta regresiva. Al escuchar el silbato final saltaron, se abrazaron, gritaron, algunos lloraron por el título “amarillo”.
Marco Coral, de 26 años, empleado privado, apretó los puños, buscaba a quien abrazar, la última vez que vio campeón al Ídolo del Astillero tenía 11 años. Ahora planifica viajar a Guayaquil para celebrar en el Monumental.
La Plaza Foch se volvió anoche un hervidero. Cánticos barcelonistas salían por todos lados, los autos les ponían música con sus pitos. “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones y a ganarle al Emelec...” se convirtió en uno de los coros favoritos. Algunos se entrelazaron para gritar: “Poropopó, poropopó, el que no salta es liguista mari...”.
La alegría volvió al corazón del conjunto más amado del país. Un monigote imaginario vestido de azul, blanco y rojo fue quemado durante la celebración. La avenida de Los Shyris (centro-norte de Quito) también fue un punto de festejo. Decenas de vehículos y ciudadanos salieron a gritar por el título 14 de Barcelona.