Barcelona agitó ambiente lojano
El partido más importante de la fecha 20 se lo jugó en el sur del país. Hinchas blancos y amarillos no hablaron de otra cosa que no sea del partido. Centenas hicieron fila desde temprano y pudieron entrar; otros, a pesar de los esfuerzos, se quedaron fuera del “Reina del Cisne”.
Las entradas se agotaron el mismo día que salieron a la venta. El ambiente en Loja se agitó desde el pasado miércoles cuando comenzó a llegar gente de diferentes puntos del país para observar el encuentro.
Dentro del grupo de aquellos que se quedaron fuera del estadio estuvo Martín Rogel, quien viajó desde Zamora para comprar una entrada y no la consiguió porque los revendedores habían “barrido” con las boleterías. “Vine con la ilusión de ver jugar a mi Barcelona y me encontré con la sorpresa de que no hay entradas. Los revendedores sí tienen, las venden muy caras; por la general piden $25 por las que cuestan 10; es mucho”, aseguró.
Los lojanos no eran tan optimistas a inicios de temporada debido a la campaña 2011. Pero los resultados obtenidos este año motivaron la asistencia.
Desde pequeño, Carlos Maldonado, por influencia de su padre, creció como hincha de El Nacional; y en 2005, cuando Liga de Loja llegó por primera vez a la serie A sintió que tenía un compromiso con el conjunto de su ciudad. “Uno crece siendo hincha porque alguien de nuestro entorno nos dice que seamos de tal o cual equipo”, comentó Maldonado, quien añadió que tiene un hijo de 7 años al cual no le obliga ser de Liga de Loja.
“Lo llevo a los partidos, pero no le exijo que se ponga la camiseta blanca; él tiene que ver qué conjunto le agrada, ahora está pequeño, poco a poco va sintiendo amor por algún club”, señaló. Maldonado, de 36 años, llegó a Loja con anticipación desde Célica para no perderse el juego.
También hay quienes son nativos de la “Centinela del Sur”; sin embargo, se mostraron fieles en su convicción de que “morirán siendo barcelonistas”.
José Suárez es manabita, tiene 12 años radicado en el sur, su esposa es lojana y se confiesa seguidor de los “canarios” desde pequeño.
Ayer, el hogar de Suarez se dividió puesto que su pareja es hincha de Liga. “Siempre apoya a su equipo, aunque mi hijo y yo apoyamos de manera ferviente a Barcelona”, dijo.
José y su primogénito estaban deambulando por los alrededores del escenario deportivo buscando una localidad horas antes del compromiso. En la calle Azuay entre 24 de Mayo y Macará los revendedores acechaban a quienes arribaban en busca de una entrada.
Suárez finalmente compró una entrada para niños que en esta ocasión costaba 4 dólares, pero la adquirió en $ 6. “Tuve que hacer un esfuerzo para que mi hijo pudiera observar el partido. La mamá no quería dejarlo venir por lo peligroso que se torna ir a los juegos, tuve que trabajar duro para convencerla”, dijo.
Otros hinchas dicen estar divididos pues se sienten identificados con el conjunto de la ciudad, pero reconocen que Barcelona es el equipo de sus amores.
“Nunca pensamos que Liga de Loja estaría en estas instancias y nos sentimos muy orgullosos. No quisiera decir un marcador, solo que gane el mejor”, puntualizó Jorge Santín, un confeso hincha “torero”.
Todas esas historias fueron una muestra de lo alterado que estuvo el clima futbolero en Loja por la llegada de ese fenómeno popular llamado Barcelona, que a pesar de su sequía de títulos nacionales, sigue moviendo a verdaderos “fieles” en “procesiones” por todo el Ecuador.