Arantxa Sánchez: “Estoy en la ruina, me dejaron sin nada”
La ex tenista española Arantxa Sánchez Vicario se destapó y acusó en su libro de memorias a su familia de tenerla en la ruina. “Me dejaron sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene, por ejemplo, mi hermano Javier, que a lo largo de su vida ha ganado mucho menos que yo”, asegura en el libro Arantxa, ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, que sale a la venta mañana.
La ex número uno del mundo indica en algunos extractos que fueron tomados del libro, que dejó el tenis “para conquistar mi libertad”.
En la mayoría de esos triunfos estaba en la grada su mamá, Marisa, que no queda bien parada en el libro: “Mi madre decidía sobre mi pelo, mi ropa... Cuando me compraba algo por mi cuenta, rara vez le gustaba”, adelantó el sábado el diario El Mundo.
Su padre, Emilio Sánchez, que era el encargado de administrar y gestionar los ingresos de la campeona, también es señalado. “Mensualmente me otorgaba una cantidad de la que yo le daba cuenta puntual”, asegura Arantxa en sus memorias.
Sánchez Vicario estima que durante los 17 años de carrera “ganó 45 millones de euros” (casi 60 millones de dólares), cifra de la que no disfrutó. Actualmente tiene problemas fiscales en España por haber fijado su residencia, de 1989 a 1993, en el Principado de Andorra.
Arantxa es catalogada como la mejor deportista española de todos los tiempos. Ganó cuatro grandes -en Roland Garros 1989, 1994 y 1998 y el Abierto de Estados Unidos de 1994- y disputó 4 finales. Fue número uno y ganó 4 medallas olímpicas, en Barcelona 1992 y Atlanta 1996.
En la actualidad, la capitana de la Copa Federación, no tiene ningún tipo de relación con los miembros de su familia, según ella, por su boda con Pep Santacana.
“La familia se opuso rotundamente al enlace”, asegura la ex tenista. “Pocas semanas después del anuncio del enlace llegó a los medios una serie de informaciones sobre Pep, en las que se hablaba de problemas financieros y deudas (...), pero con lo que nadie contaba es que Pep me lo había contado todo”.
El desencuentro, sin embargo, había empezado antes, cuando decidió abandonar el tenis, a finales de 2002. Tras la retirada llegó la sorpresa y con ella la decepción.