Al escándalo desatado hace dos semanas por las denuncias de arreglos en los cotejos de fútbol a nivel mundial, sobre todo en Europa y Asia, se suman las crecientes demandas por insultos racistas a los jugadores. La FIFA no toma aún una decisión respecto a la forma de frenar estos actos.

El presidente, Joseph Blatter, ha dicho que habrá “tolerancia cero” para el arreglo de partidos y tanto ese organismo como la UEFA tratan de detectar patrones en los resultados de los partidos que puedan revelar corrupción.

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Para ello, el Comité Ejecutivo de la FIFA se reunirá entre el 20 y 21 de marzo en la Isla Mauricio, de África. “El objetivo es presentar medidas concretas y proponer duras sanciones que tengan impacto”, dijo Blatter, quien semanas atrás reconoció la dificultad de luchar contra la manipulación de los partidos, dada la cantidad de personas que intervienen en ese fenómeno.

“La FIFA ha llevado a cabo medidas drásticas para luchar contra los partidos trucados en varios países miembros”, indicó Blatter. Sin embargo, matizó, “ahora el problema está en el nivel de los jugadores y las apuestas ilegales”.

Ese pronunciamiento motivó hace 10 días la suspensión de las apuestas en el balompié australiano, cuyas autoridades adujeron práctica de dopaje, amaño y manipulación de partidos para tomar esa decisión. Según ha informado la  policía australiana, se han hecho apuestas desde Asia en  partidos de la Liga “A” de Australia, de aproximadamente 41 millones de dólares.

La Comisión Australiana contra el crimen aseguró que este tiene cada vez mayor influencia en el deporte local. Además, señaló que eso aumenta el uso generalizado de drogas que mejoran el rendimiento de los deportista para cumplir con el amaño de partidos.

Se cree que las apuestas en internet, el atrevimiento de las bandas delictivas y la crisis económica mundial crearon las condiciones idóneas para que el balompié sea el centro lucrativo del “bajo mundo”.  

Hoy esto no se limita  a sitios tradicionales como Asia y los Balcanes, sino que alcanza a naciones consideradas las menos corruptas, como Canadá, Finlandia y Noruega.

Sin embargo, más de la tercera parte de los sospechosos de pertenecer a la red de corrupción y amaño de partidos de fútbol destapada por Europol residen en Alemania, según el rotativo Bild, que advierte que unos 700 partidos fueron manipulados.

El tabloide destaca que son 151 los residentes en Alemania, sospechosos de pertenecer a la red de la que formaban parte al parecer hasta 425 jugadores, árbitros, funcionarios y delincuentes en varios países.

Añade que, además de los 380 partidos sospechosos de manipulación entre 2008 y 2011 que anunció Europol, existen otros 300 encuentros que podrían haber sido objeto de manipulación por los miembros de la red y que al menos 70 se disputaron en Alemania. “Según nuestros conocimientos, no se encuentran afectados los partidos de la primera y la segunda división alemanas”, aseguró el jefe de la Bundesliga alemana de fútbol, Reinhard Rauball.

El incremento en este “negocio”, que prospera en los mercados europeos y asiáticos, de acuerdo con los análisis efectuados sobre todo en España, radica en el hecho de que las  bandas delictivas se dieron cuenta de que era más fácil transferir las ganancias de las apuestas a otros países que apostar por un contrabando de drogas u otros productos. “Son delincuentes en serio, la mafia italiana, bandas chinas, la mafia rusa”, dijo Sylvia Schenk, de Transparencia Internacional, una organización que estudia la corrupción en el mundo.

Según cifras preliminares, se estima que 500 mil millones de dólares anuales se generarían en las apuestas deportivas y de eso el 90% correspondería al mundo del balón.

El jugador croata Mario Cismek, quien fue condenado a tres años de prisión por arreglar cotejos en la primera división en el torneo 2010, es el ejemplo reciente. Cizmek comentó en una entrevista que el principal actor de un amarre es el golero. Él se lleva la mayor suma de dinero; y si éste se niega, no puede haber ningún tipo de arreglo con el resto del plantel.

Indicó también que desde el primer momento que un futbolista accede al soborno queda atrapado de por vida, porque las mafias cada vez lo presionan más. “Algunos incluso se han suicidado por la vergüenza”.

La FIFA considera que el crimen organizado gana unos 15 mil millones de dólares anuales. Solamente en Italia se comprobó que esa actividad generó 2.600 millones de dólares a la camorra y la mafia.

Una cifra cercana ($ 2.400 millones) logró la FIFA con la venta de los derechos de transmisión de la Copa Mundial 2010 y ya tiene asegurados al menos $ 2.300 millones para el 2018 en Rusia.