Miles de personas se despidieron ayer de   Marco Simoncelli en el funeral que tuvo lugar en la iglesia   Santa Maria Assunta di Coriano (Rímini-Italia)). Una capilla que estuvo abarrotada y en silencio absoluto muchos minutos antes del inicio de la misa. También en el exterior hubo una gran muchedumbre que siguió el funeral con atención y mucho dolor por la pérdida del piloto italiano.

En la iglesia, además de sus familiares y amigos, se encontraban las motos de Simoncelli, la Gilera con la que ganó el Mundial de 250cc en 2008 y la Honda con la que había corrido esta temporada.
Al funeral tampoco podía faltar su amigo del alma en el Mundial de MotoGP, Valentino Rossi -que se sentó junto a su novia y Mattia Pasini- ni Loris Capirossi, que pondrá punto y final a su carrera deportiva en Cheste y a quien se lo vio sensiblemente afectado.

Además acudieron algunos españoles que lo conocían, como Jorge Lorenzo, que fue muy aplaudido por los “tifosi”, en un claro gesto de agradecimiento y perdón por haberle silbado tantas veces. Alex Crivillé, Sete Gibernau, Toni Elías, Alberto Puig, Herri Torrontegui y Antonio Jiménez, jefe de mecánicos de Hiroshi Aoyama, el compañero de equipo de Simoncelli. Asimismo, acudió a dar el último adiós al piloto Fausto Gresini, director del equipo en el que corría Simoncelli, junto con representantes de la casa japonesa Honda.

Terminada la ceremonia el féretro fue sacado al exterior al tiempo que sonaba la tonada del famoso cantante italiano Vasco Rossi “Siamo solo noi” (Somos solo nosotros), su canción favorita, para ser depositado junto a las escaleras, en torno a él se sentaron los más allegados, entre ellos su padre Paolo y su hermana Martina.
Rossi salió detrás portando la Honda de Simoncelli y Pasini y el también piloto Raffaele de Rosa la Gilera. Luego, Valentino se apartó para poner la mano en su corazón mientras que varios familiares y amigos de Marco -entre ellos su novia Kate- le dedicaban unas palabras.

En el exterior fueron lanzados numerosos globos de helio con la forma del número 58 y la palabra “SIC”. Antes de eso, cientos de personas recibieron los restos mortales de Simoncelli con un clamoroso aplauso a su llegada a la iglesia. El féretro de “Supersic”, como se conocía cariñosamente al piloto, estuvo escoltado por un grupo de jóvenes que vestía  monos de motociclista y que portaba  globos con el número 58 con el que corría el italiano.

Por otro lado, más de un millar de personas se reunieron simultáneamente a la hora de inicio de la ceremonia, en el circuito de Misano-Adriático, cerca de Rímini, para seguir el funeral a través de las pantallas instaladas para la ocasión.

Desde que los restos mortales de Simoncelli llegaron a Italia, el pasado martes, se han sucedido las muestras de cariño en recuerdo del piloto.
Circuito  se llamaría Simoncelli

Los rectores del circuito de Misano-Adriático, cercano a donde nació y vivía “Sic” están estudiando la propuesta de cambiar el nombre del trazado. El actual es “Autódromo de Santa Mónica” y pasaría a llamarse circuito Marco Simoncelli, como se ha sabido en Coriano. En este se instalaron pantallas gigantes para que los aficionados siguieran el sepelio en directo.

Umberto Trevi, vicepresidente del consorcio que gestiona la pista, confirmó que tratarán el tema. “Estas propuestas merecen una reflexión mayor. Es cierto que era uno de los nuestros y que intentaremos recordarle del mejor modo posible”.