Adolfo Ruggeri: "El directivo debe invertir en la formación integral del jugador y la estructura del club"
Adolfo Ruggeri es un director técnico argentino que ha vivido la mayor parte de su carrera en España. Allá ha tenido la posibilidad de armar proyectos y ahora su intención es volver a dirigir en Sudamérica. Por el momento siente que falta un impulso dirigencial para transformar la estructura del fútbol en esta parte del continente. Él cree que Independiente del Valle es un buen camino a seguir, pero siempre adaptando las urgencias de cada institución.
A pesar de vivir en el viejo continente, sigue de cerca el fútbol sudamericano y por eso reflexiona sobre el fenómeno que se vivió en los últimos años: la llegada de técnicos españoles, con resultados distintos.
¿Por qué cree que empezó a bajar ese 'boom' por traer entrenadores españoles?
Todos son procesos. Muchas veces funciona una apuesta y algunos deciden seguirla, pero más allá de las personas o nacionalidades, lo que debe estar por encima es el proyecto, que incluya todas las aristas de la preparación y no solo lo deportivo. Como por ejemplo, pienso que todo club de fútbol importante debe tener un centro de alto rendimiento y de capacitación para los jóvenes.
El fútbol es cada vez más táctico y se ve menos una jugada individual capaz de desarmar esquemas. Ya casi no se ve una jugada distinta. Pablo Aimar decía que mucho tiene que ver con que ahora los chicos ya no juegan en la calle con sus amigos, que simplemente van al club, practican lo necesario y no hacen más. En su época, repitió, salían del club a jugar con los amigos en los potreros, en las calles y por eso el jugador sudamericano era distinto. ¿Está de acuerdo con eso?
Sí. El fútbol no solo debe ser la estrategia que se arma, también es la capacidad de encontrar al jugador diferente y no cortarle esa libertad. Obviamente hay obligaciones y acciones relacionadas la disciplina, pero al distinto hay que dejarlo desarrollarse porque también forma parte de los proyectos. El fútbol es tan lindo porque no es exacto. Hay caminos, pero no hay una verdad absoluta.
Para algunos directivos, si a los 18 años no reventaste como jugador, sería mejor dedicarse a estudiar. ¿Es lo correcto?
La ilusión y la pasión con la que viven los jóvenes por querer ser futbolistas no debería cortarse así. Todo comienza como un juego y que luego se va perfilando de una manera como más seria, con más miramiento hacia lo que es la formación. Eso sí, yo creo que siempre tiene que estar acompañado por las instituciones e insistir mucho en la educación, en la formación no solo del profesional, de ese futbolista que guarda un talento, sino acompañarlo a través del estudio para tener esa alternativa de la educación. De alguna manera, si los caminos se entorpecen por el motivo que fuere, ese joven habrá tenido también paralelamente a la formación deportiva, una formación académica o una formación profesional relacionada al estudio.
Independiente del Valle tiene un gran proyecto en formativas, con estudios y todo lo relaciona al crecimiento del ser humano. ¿Qué más se podría implementar?
Todo proyecto que tiene la posibilidad de mantenerse en el tiempo es importante. En este caso, ayuda mucho la estructura desde las bases para poder moldear y, de alguna manera, ofrecer a los adolescentes la oportunidad de que puedan desarrollarse futbolísticamente, pero siempre que se tengan los instrumentos necesarios para poder hacer toda esta gestión.
Evidentemente hoy por hoy hay que gestionar dentro del fútbol muchísimas cosas, ya que el fútbol ha cambiado. Ya no es el fútbol de hace 20 años o 30 años atrás. Hoy es totalmente diferente. Hay muchas aristas. Hay muchos matices que hay que tener en cuenta como la llegada de la tecnología, que va a modernizado absolutamente todo. Hoy tenemos una base de datos de jugadores amateur, profesionales y inclusive de jugadores que están con 12 - 15 años y hay una estadística de situaciones.
Es importante que los clubes tengan este este rol participativo a nivel internacional como lo hace Independiente del Valle, por ejemplo, de tener al Numancia o un club en Colombia, en Argentina o en Brasil. Tener esos vínculos es importante como para poder hacer una gestión del proceso de formación de ese joven en cuanto a lo deportivo, ya que está encaminado a una toma de contacto con un punto diferente y un entorno distinto, que puede ser otro país con otra metodología con otra forma de entender el fútbol, con unos entrenadores que piensan de una manera distinta y todo esto conlleva, a que ese joven enriquezca el conocimiento y la experiencia de vivir situaciones diferentes en lugares distintos.
Usted habla de implementar mucho más a la tecnología, de revolucionar al fútbol con las nuevas herramientas, pero ¿a quién es más difícil de convencer con estos conceptos: jugador o dirigente?
Hoy por hoy los directivos que van llegando a los clubes son mente más abierta. También buscan la evolución institucional. Yo creo que los directivos pasan por una cuestión de concientización de saber apreciar un proyecto deportivo que tenga un proceso y un posible progreso a mediano plazo, pero para que esto se pueda lograr y tenga una funcionalidad, el directivo tiene que comprender que la inversión es necesaria, tanto en infraestructura, como modernización de campo, construir un gimnasio, ofrecerle al joven, al adolescente o al que está a punto de ser profesional, las mejores condiciones como para que ese futbolista pueda desarrollar sus capacidades deportivas al máximo. En definitiva, la institución la que va a poder enriquecer la formación de esos futbolistas y por ende daría el paso para ser vista como como una institución importante que le está dando un cierto perfil al fútbol en este caso.
¿Se puede hablar de plazos?
Todo proyecto necesita de un espacio y de un tiempo. Elaborar el proyecto, el convencimiento, creer en este proyecto y luego la inversión para mejorar los campos. Luego las infraestructuras, que son sumamente importantes. El directivo tiene que estar para poder entender estos proyectos de modernización y de crecimiento. Debe tener esa predisposición de querer entender y dar ese paso a la evolución. O sea, si esto está visto en Europa y si esto funciona en Europa, yo creo que aquel directivo de Sudamérica podría intentarlo.