Como si se tratara de la serie Star Trek, la industria tecnológica ha concebido una nueva plataforma que permite comunicarnos por medio de versiones digitalizadas de los interlocutores.

Este sistema se denomina holoportación y fue concebido como un medio de comunicación virtual, en el cual 2 usuarios comparten un mismo espacio en la distancia.

Gracias a esta tecnología, cada uno de ellos puede ver a la otra persona como un elemento 3D, a través de un sistema de cámaras que escanea el cuerpo de cada usuario para generar una versión digitalizada del este.

Según la revista Ticbeat, para aprovechar esta tecnología, es necesario disponer de un espacio en la casa para que las cámaras puedan rodear al usuario.

Microsoft es una de las compañías que ha apostado por esta tecnología. Su sistema se denomina HoloLens, un dispositivo de realidad aumentada que permite superponer objetos virtuales sobre una imagen real.

El dispositivo cuenta con lentes de alta definición holográficas y sonido especial para poder ver y escuchar los objetos virtuales alrededor del usuario. Completado con sensores, un sistema en chip de próxima generación consigue que el casco sea capaz de funcionar sin cables.

El objetivo es proporcionar una nueva visión de la realidad que puede construir lo que está mirando y comprender lo que dice con sus manos y su voz. Según el diario español ABC, una de las grandes diferencias de HoloLens respecto a cualquier visor de realidad virtual es que son totalmente independientes, es decir, no necesitan estar conectadas a un ordenador para funcionar.

Las gafas de Microsoft llevan incorporada en su interior una máquina equivalente a una computadora portátil de alta gama.

Este dispositio garantiza una gran libertad de movimiento y comodidad en una época en la que los sistemas inalámbricos son muy valorados. Aunque las HoloLens son autónomas, tienen una desventaja.

El único momento en que es necesario recurrir a una computadora es cuando se quiere compartir un holograma, término con el que se refiere Microsoft a la superposición de objetos virtuales sobre una imagen real.

Para que todas las personas que están en el mismo lugar puedan compartir la misma experiencia e interactuar con el mismo holograma será necesario que una computadora equipada con el sistema WiFi actúe a modo de servidor entre ellas.

Esta máquina será la encargada de que todos vean este holograma en la misma posición respecto a su punto de vista. Además, el cristal de las HoloLens es transparente por lo que nos posibilita la visión de todo lo que hay alrededor, pero el rectángulo que ocupa la pantalla donde se proyectan las imágenes es demasiado pequeño comparado con nuestra amplitud visual. Sería algo así como ver una pantalla de 15 pulgadas a 2 metros de distancia.