En Buenas Manos
Los murciélagos tienen su propio hospital
No son muy agraciados, pero el aspecto es lo de menos, pues sin los murciélagos sería difícil controlar muchas plagas forestales y agrícolas. Incluso los murciélagos que viven en áreas urbanas consumen una gran cantidad de insectos que transmiten enfermedades. Uno solo puede comer hasta 1.200 mosquitos por hora.
En una de las obras escritas sobre estos animales, Ignacio Iñiguez Dávalos, investigador de la Universidad de Guadalajara (México), considera que, aunque la gente los considere feos, malos o diabólicos, son animales benéficos.
Según su investigación en el mundo hay cerca de mil especies de murciélagos, de las cuales solo 3 consumen sangre, y de esas apenas una, el vampiro común, se alimenta de sangre de mamíferos.
También hay murciélagos que comen el néctar de las flores, y se llevan el polen de una flor a otra, participando así en la reproducción de las plantas.
Otros beneficios de estos mamíferos voladores se pueden aplicar en la medicina. La saliva del vampiro contiene una sustancia especial que retiene la coagulación de la sangre. Los científicos analizaron sus componentes y ya se está produciendo para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
Conscientes de la importancia de este animal, hay varias organizaciones dedicadas a rescatarlos y brindarles protección desde que nacen. Hace una semana, varios medios de comunicación internacionales dieron a conocer la iniciativa de Nora Lipschitz, quien hace 2 años comenzó a cuidar murciélagos heridos en su departamento.
Hoy tiene cerca de 70 mamíferos, y planea retornarlos a su hábitat natural una vez que sanen.
Al igual que Nora, una mujer australiana llamada Trish Wimberley ha adecuado su casa como un hospital para curar y rehabilitar murciélagos maltrechos. Wimberley se hace cargo de más de 200 murciélagos cada año, especialmente entre septiembre y febrero, que es la época en que las hembras tienen cría.
Los animales rescatados suelen presentar diversas heridas, infecciones, neumonía o fracturas óseas. Wimberley trabaja para el grupo Wildcare Australia, que le avisan de cada reporte recibido acerca de murciélagos lastimados o con comportamiento extraño.
Wimberley es conservacionista y cree que los murciélagos tienen peor fama de la que se merecen.
Ella también recupera algunos de estos mamíferos nocturnos lesionados por cables eléctricos, alambres de espino y redes de árboles frutales mal colocadas.
Wimberley nunca suelta los murciélagos antes de las 12 semanas, pero asegura que es muy difícil despedirse de los bebés: “Son como cachorros con alas”. La australiana indica que solo las personas vacunadas contra la rabia pueden manipular a los murciélagos, por lo que no se pide a las personas que los agarren y los traigan.
Cerca de 80 especies de murciélagos viven en Australia, entre ellas el zorro volador que está en declive por la pérdida de hábitat en aras del desarrollo. También es acosado por los fruticultores preocupados por proteger sus cosechas.
Este mamífero, clave para la supervivencia del koala, bebe el néctar del eucalipto a lengüetazos, y luego dispersa los granos de polen hasta 100 kilómetros a la redonda, propiciando el crecimiento de la principal fuente de alimento del marsupial.
El murciélago zorro volador es una especie bastante rara, que cuenta con alas muy largas. En realidad, son tan largas que se los ve, a menudo, envueltos en ellas, como un manto. Sus alas pueden llegar a ser de hasta cinco pies de largo cuando se muestran en su totalidad y pesan cerca de 2 ½ libras.
Según un artículo publicado en el diario The New York Times, a los murciélagos bebé, también llamados “cachorros”, se los envuelve en mantas para imitar el cálido abrazo de las alas de una madre.
A los murciélagos les encanta el contacto físico por lo que se aferran fuertemente a osos de peluche o a las manos de sus encargados.
Los mamíferos son también alimentados con biberones hasta que sean mayores y puedan comer frutas e insectos.
Las organizaciones dedicadas a la conservación de murciélagos advierten que son muchas las especies de estos animales que se encuentran en peligro de extinción.
El diario La Jornada sostiene que pese a su importancia económica y su contribución a la diversidad biológica son animales en peligro de extinción, por la transformación de su hábitat y su captura por parte de personas que no distinguen entre las especies benéficas y las que no los son.
Los murciélagos son activos polinizadores; un ejemplo es el maguey que, a través de la acción de estos pequeños mamíferos voladores, consiguió una gran diversidad, la cual fue aprovechada para la producción de bebidas como el mezcal y tequila que tienen gran demanda.
Los desechos que producen, conocidos como guano, son un buen fertilizante natural para las tierras de cultivo, ya que se alimentan principalmente de plantas, flores, semillas e insectos.
Según la página Murcielagopedia.com, el guano, o excremento de murciélago, tiene una larga historia de uso como enriquecedor de suelo.
Además, es considerado un excelente fertilizante, de acción rápida, con poco olor, y se puede trabajar en el suelo antes de la siembra o durante el crecimiento activo. Hay varios usos para el estiércol de murciélago: se puede utilizar como acondicionador de suelos, enriqueciendo el suelo y mejorando el drenaje y la textura.
Por otro lado, es un fertilizante adecuado para las plantas y el césped, y es un activador de compost.
Los biólogos están conscientes de que el mayor conocimiento de estas especies hará posible que los agentes medioambientales, a través de la educación ambiental, puedan colaborar en desmitificar las falsas leyendas y el recelo que causan los murciélagos en la sociedad.
En Ecuador, se conocen más de 140 especies de murciélagos, por lo que constituyen el grupo de mamíferos más numeroso del país. Esta situación es única para América tropical, pues en el resto de países, el grupo dominante dentro de los mamíferos es el de los roedores, según señala un artículo publicado en la revista Terra Incógnita.
Además, de acuerdo con registros biológicos, se encuentra en todas las zonas de vida por debajo de los 4.400 metros sobre el nivel del mar. Así, la especie que habita a mayor altura, en el páramo, es el murciélago orejón andino (Histiotus montanus), caracterizado por su abundante pelaje que lo protege del clima típico de esta zona. Son mucho más diversos en los trópicos, aunque también se los puede encontrar en las islas Galápagos donde viven 2 especies de murciélagos, de las cuales, una, la Lasiurus brachyotis, es endémica.
Conócelos
La mayoría de personas piensa que los murciélagos viven solo en cuevas, pero habitan en muchos otros lugares. Se los pueden encontrar en túneles, troncos huecos, raíces de grandes árboles, ramas y hojas de árboles, bajo puentes y hasta en los techos de las casas.
Cada especie tiene su propio abanico de lo que los ecologistas llaman “características funcionales”, las cuales son particularidades bioquímicas, fisiológicas o conductuales que los hacen animales únicos.
Los murciélagos están bajo gran presión cuando sus hogares se vuelven más fragmentados.
Uno de los murciélagos más raros son los nariz de cerdo. Es la más pequeña de todas las especies de murciélagos. Miden apenas una pulgada de longitud.