Planeta
Los lobos han vuelto
La exposición Die Wölfe sind zurück (Los lobos han vuelto), consistente en 63 esculturas del artista Rainer Opolka repartidas por Dresde, quedó instalada la semana pasada como una llamada de alerta contra la ultraderecha desde esa ciudad alemana, cuna del movimiento xenófobo Pegida.
Las piezas quedaron emplazadas en el centro histórico de Dresde, en las inmediaciones de la emblemática iglesia Frauenkirche, y ahí permanecerán durante una semana para representar la amenaza de estos movimientos a la sociedad.
La iniciativa de Opolka, de 60 años y conocido por diversas acciones reivindicativas de estas características, tomó forma a raíz de los primeros incendios registrados contra albergues de refugiados en distintos puntos de Alemania, coincidiendo con la crisis migratoria.
Los ataques contra centros de peticionarios de asilo o agresiones contra extranjeros se dispararon el año anterior, cuando Alemania recibió a 1,1 millones de refugiados aproximadamente.
Dresde, capital del Land de Sajonia, se considera uno de los bastiones de los movimientos neonazis en Alemania y fue asimismo la ciudad donde se originó el movimiento de los autoproclamados Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), hace casi un año y medio. Cada una de las esculturas de lobos han sido bautizadas con nombres como ‘Hombre de la NSU’ ‒siglas de la célula Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), responsable del asesinato de 9 inmigrantes a lo largo de una década‒, ‘Líder’ o ‘Cómplice’ y están dispuestas en grupos sobre la plaza de la Frauenkirche.
El citado templo, que quedó destruido por los bombardeos que arrasaron la ciudad en la última fase de la II Guerra Mundial, es un símbolo de la reconstrucción de Dresde, denominada Florencia del Este por su conjunto monumental.