Dicen los médicos que antes de los 40 años son pocos los hombres que piensan en la próstata, pero ¿a quién se le ocurriría pensar en esta glándula cuando hay otros temas más interesantes? Tampoco a las mujeres se les pasaría por la mente pensar en los ovarios o en el útero. Aunque resulte absurdo, los especialistas insisten en que hay que hacerlo, porque a partir de los 50 años esta glándula puede generar molestias que podrían derivar en cáncer. Una de las mayores preocupaciones de quienes padecen problemas en la próstata es la dificultad para mantener relaciones sexuales satisfactorias.

A este malestar se suma el miedo a una intervención quirúrgica que puede incidir en el desempeño sexual. Quizá por esta y otras razones se difundió, hace algunos años, un manifiesto firmado por varios médicos, que llevaba como título: ‘No toques mi próstata’. Los galenos que se sumaron a esta iniciativa se mostraban contrarios a las operaciones, porque “cada año, millares de hombres son asustados, operados, irradiados, para un beneficio hipotético”.

La mitad de los hombres de 60 años tiene células cancerosas en su próstata, es un fenómeno casi normal, pero el único estudio científico que evaluó el impacto de la detección de cáncer de esta glándula constató que los hombres sometidos a una detección habían muerto de un cáncer de próstata más a menudo que aquellos que no lo hicieron. Con estas evidencias se concluye (y los médicos ya lo hicieron) que la mejor defensa contra el cáncer no es tratarlo tempranamente. Es un tema sobre el que aún hay posiciones encontradas.