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El orgasmo beneficia al cerebro

El orgasmo beneficia al cerebro
18 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción de7en7

Es uno de los procesos biológicos más complejos y uno de los más investigados. El orgasmo, esa descarga explosiva que se produce durante el acto sexual, varía en hombres y mujeres.

Para llegar a este punto, los primeros necesitan recibir estimulación física, mientras que las mujeres pueden experimentarlo por medio de fantasías.

Otra de las diferencias es que los genitales de la mujer tienen muchas partes para ser estimuladas (clítoris, cérvix y vagina) con lo que varía la calidad sensorial.

Cuando un hombre tiene un orgasmo, experimenta contracciones del esfínter anal, la glándula prostática y los músculos del pene. En conjunto con la eyaculación –liberación del líquido espermático– todo el proceso supone entre 3 y 10 segundos de intenso placer.

Tanto los hombres como las mujeres comenzaban a sentir excitación en los primeros 30 segundos. Esto demuestra que si a la mujer se la estimula adecuadamente,  puede llegar al orgasmo tan rápido como el hombre.

Aunque hay numerosos estudios sobre el orgasmo, uno en particular llama la atención: la influencia del orgasmo en el cerebro.

 La Universidad de Groninga, en los Países Bajos, desarrolló varios experimentos pioneros en este campo gracias a la técnica de tomografía por emisión de positrones.

En los estudios se analizó el flujo sanguíneo cerebral de un grupo de mujeres mientras alcanzaba el orgasmo. En la prueba se comprobó también que se producía un descenso en el flujo sanguíneo de una zona del cerebro.

Este patrón no fue observado cuando se pedía a las participantes que fingiesen un orgasmo, lo que asociaría este momento con el comportamiento desinhibido al llegar al clímax.

En las mujeres se observó una alta activación de la ínsula, un área relacionada, entre otras cosas, con el procesamiento de sensaciones corporales y de la empatía, y que se ha asociado con la calidad de los orgasmos femeninos.

En los hombres el área de mayor activación fue la sustancia gris periacueductal, una zona relacionada con el control de la actividad sexual, que, según los investigadores, podría explicar la liberación de dopamina tras el orgasmo masculino.

A pesar de todas estas reacciones de diferentes partes del cuerpo, es el cerebro el que tiene el control durante el orgasmo. Mediante un escáner y otras técnicas, los científicos han podido observar la actividad cerebral en casi 30 regiones descritas.

De esta manera se sabe que en el llamado núcleo accumbens se libera la dopamina, ligada a la sensación de placer y bienestar. La oxitocina se segrega en la glándula pituitaria y se relaciona con la conexión afectiva o el amor.

Según el profesor Boris Komisaruk, del Departamento de Psicología de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, las relaciones sexuales y el alcance de un mayor número de orgasmos pueden ayudar a prevenir males como la demencia senil, la pérdida de la memoria y demás problemas de la cabeza que llegan con la edad.

Komisaruk explicó al diario The Times, de Londres, que el punto culminante de la actividad sexual es favorecedor, porque produce un incremento de la irrigación de sangre hacia el cerebro, el cual, además, se ve generosamente enriquecido con oxígeno y nutrientes a través del placer.

Esto significa que el orgasmo podría mantener a raya algunas afecciones cerebrales, y la ciencia busca una manera más precisa de encaminar esas bondades.

En las últimas décadas han surgido también estudios que demuestran que el sexo puede eliminar los dolores de cabeza. Precisamente la revista Headache descartó este dolor como razón para evitar tener relaciones sexuales.

Esta investigación, desarrollada con 83 mujeres aquejadas de migraña crónica, refleja que el 50% experimentó alivio tras tener sexo. Esto es posible porque se conoce que la migraña tiene, en muchas ocasiones, origen vascular. Generalmente, durante una relación sexual se pone el óxido nítrico en movimiento, lo que mejora la circulación periférica, así que podría aliviar los síntomas. Esta publicación también advierte que existe una tendencia a presentar el sexo como una panacea, pero que, aunque se sabe de sus beneficios, no se puede recetar como remedio para todas las enfermedades. 

De igual manera, un grupo de investigadores, de la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto de Salud en Estados Unidos, precisó que el sexo debe combinarse con la práctica de actividades que estimulen el cerebro, ya que tener relaciones sexuales constantemente no será suficiente para convertirse en personas inteligentes.

Por su parte el psicólogo estadounidense, Boris Komisaruk, asegura que el placer sexual también produce alivio a los dolores menstruales e incluso a las jaquecas frecuentes.

Komisaruk es pionero en el estudio de la denominada Ciencia del Orgasmo y, con el apoyo de  un equipo multidisciplinar integrado por médicos y psicólogos estadounidenses, mexicanos y españoles, creó el método de la resonancia magnética funcional para medir, de manera continua, la actividad cerebral cuando los pacientes experimentan un orgasmo.

La resonancia magnética funcional es, hoy en día, un método nuevo en fase de desarrollo.

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