Larga Distancia
Ahvaz, belleza opacada por la contaminación
Al suroccidente de Irán se encuentra la provincia de Juzestán, considerada la tierra de agua, sol y palma. Fronteriza con Irak y el Golfo Pérsico, está situada a aproximadamente a 874 kilómetros de distancia de Teherán, capital de Irán.
Al borde del río Karun, el más caudaloso de Irán y el único navegable del país, se encuentra Ahvaz, la capital de la provincia. Esta ciudad, que cuenta con alrededor de 1,2 millones de habitantes, guarda una historia de bombardeos de guerra, cultura milenaria y desarrollo. Es una ciudad muy antigua, conocida por los aqueménidas, una dinastía que gobernó el Imperio persa 550 a.C., como Tareiana. El rey Artajerjes I, rey aqueménida de Persia desde el 465 hasta el 424 a. C., nombró a esta ciudad como Hormuzd Ardashīr. Represó el agua y creó sistemas de riego mejorando la economía del lugar. Pero, a principios del siglo XIX la presa fue derrumbada.
A inicios del siglo XX, en 1908, descubrieron el petróleo y, al igual que varias ciudades vecinas, Ahvaz prosperó. Desde entonces su principal actividad económica es la extracción y tratamiento de los hidrocarburos. Los campos de petróleo se encuentran al norte de la ciudad.
Atravesada por el río Karun, Ahvaz está dividida en 2 partes que se unen a través de puentes. Gran parte de esta ciudad fue destruida por los ataques en la guerra Irán-Irak y, justamente, estos enlaces fueron algunos de los sectores afectados. Uno de ellos es el puente Blanco, el primer puente voladizo de Irán construido hace varias décadas. La reconstrucción de esta plataforma hizo que se convirtiera en una muestra de orgullo nacional.
El puente Blanco fue inaugurado oficialmente el 21 de septiembre de 1936. Según el portal web www.fouman.com, Irán pasó a la edad de los avances en infraestructura bajo el gobierno de Reza Sah (1878-1944) de la dinastía Pahlavi, quien fue considerado el gran propulsor de la modernización de su país. Sin embargo, murió en el exilio en Sudáfrica.
Se estimó que la vida útil del puente sería de 50 años. A sus 75 años se inició un proyecto de renovación por su valor histórico, es así que fue registrado como Patrimonio Nacional de Irán. La ciudad actualmente cuenta con 8 puentes sobre el río Karun.
Ahvaz tiene un importante centro de conexiones de ferrocarriles. El puente del ferrocarril, conocido como el puente negro por su color, es otro de sus atractivos.
En la ciudad también hay varias industrias dedicadas a la producción de alimentos procesados y productos textiles. Además, está la universidad Shahid Chamran, fundada en 1955. Es considerada una institución educativa de grado A en toda Irán. El campus tiene una extensión de 1,12 km².
Ahvaz cuenta con un aeropuerto internacional que cuenta con 20 rutas de llegada programadas dentro de Irán y 4 rutas regulares internacionales.
En la ciudad existen alojamientos de todo precio. Uno de los hoteles más conocidos es el Pars, de 4 estrellas. Se encuentra junto al puente Blanco en el centro de la ciudad. Otro hotel ubicado cerca de ahí es el Fajr, de 5 estrellas.
Ahvaz turístico
Uno de los lugares que no puedes dejar de visitar es la orilla del río Karun, que cuenta con varios espacios verdes por lo que se ha convertido en un centro de entretenimiento para los citadinos. Es común observar a grupos de jóvenes que se reúnen para hacer deporte en las canchas que hay en el lugar o a familias disfrutando de un día de campo. También podrás montar a caballo a orillas del río.
A 92 km de Ahvaz se encuentra un histórico sistema hidráulico que configuró a Shushtar, una ciudad isla ubicada sobre el río Karun. Puentes, presas, canales, construcciones y molinos de agua, cuya construcción data del siglo V a.C., aún funcionan en esta ciudad que fue considerada una ciudad fortaleza.
“Uno de ellos, el canal de Gargar, todavía abastece de agua a la ciudad de Shushtar, atravesando toda una red de túneles y haciendo funcionar un conjunto de molinos hidráulicos. Desde un farallón espectacular, el agua cae en cascada hacia un estanque situado en la parte baja, antes de entrar en la llanura situada al sur de la ciudad donde riega un terreno de 40 mil hectáreas de campos y huertos de árboles frutales conocido por el nombre de Mianâb (el Paraíso)”, se describe en el portal web whc.unesco.org.
Desde el castillo de Salâsel, otro importante atractivo de la zona, se controla todo el sistema hidráulico; y en la torre de Kolâh-Farangi se mide el nivel del agua. Dos canales principales desvían el agua del río.
Casas y edificios antiguos conservan su belleza pese a que fueron levantados siglos atrás. Estas estructuras son un importante atractivo en la ciudad. Asimismo lo es el bazar tradicional, ahí se vende, entre varias cosas, diversidad de pescados muy usados en la gastronomía del lugar.
Uno de los platillos tradicionales de Ahvaz es el falafel. Su ingrediente principal es el garbanzo el cual es molido 2 o 3 veces para después mezclarlo con varios vegetales y hierbas aromáticas. De igual forma, es común encontrar puestos ambulantes donde los comensales se pueden preparar sánduches con diversos ingredientes.
Gran parte de la belleza de la ciudad es opacada por la contaminación que existe en el lugar y por las tormentas de polvo que aparecen en cualquier momento. Especialistas aseguran que el viento traer la contaminación de otros lugares cercanos, como Turquía.
Una de las ciudades más calurosas y contaminadas del mundo
La mayor parte del año el clima de Ahvaz es cálido y esta es considerada una de las ciudades más calientes del planeta, capaz de exceder los 50 grados Celsius en julio. En ese mes, en el año 2000, alcanzó una temperatura de 48,1 °C.
Pero además de su clima extremadamente caliente, es una de las ciudades con más contaminación del aire a escala mundial. Según el portal web www.teinteresa.es, en esta ciudad hay 372 microgramos de sustancias contaminantes por metro cúbico, cuando el límite que establece la OMS (Organización Mundial de la Salud) para que la atmósfera no sea nociva se sitúa en 20.
La esperanza de vida es la más baja de Irán y los residentes sufren problemas respiratorios y en algunos casos cáncer.
El cuerpo humano se adapta a climas calurosos
Cuando la temperatura de la sangre sobrepasa los 37 °C, el cuerpo humano trata de mantener una temperatura interna adecuada. Según el portal web www.geosalud.com, el organismos tiende a eliminar el calor excesivo por lo que cambia el ritmo y la cantidad de circulación de sangre en la piel. Cambia también la cantidad de líquido que las glándulas de transpiración desprenden por la piel.
“Durante este proceso de bajar la temperatura interna, el corazón empieza a bombear más sangre, los vasos sanguíneos se dilatan para adaptarse a la circulación aumentada, y los vasos sanguíneos microscópicos (capilares), que pasan por las capas superiores de la piel, empiezan a llenarse con sangre. La sangre circula más cerca de la superficie de la piel, y el calor excesivo se pierde en el ambiente más fresco”, señala el portal.
Adaptándose a un clima cálido
Uno de los principales temores de los turistas al viajar a ciudades tan cálidas es sufrir quemaduras. Para que te adaptes a estas temperaturas debes beber constantemente agua, principalmente en actividades al aire libre. Evita la luz solar directa, sobre todo en las horas más cálidas del día, y trata de frecuentar lugares frescos, como aquellos que cuentan con aire acondicionado o ventiladores y toma baños con agua fría.
Ante la contaminación es recomendable que los días en que se pronostique altos niveles de contaminación del aire evites la actividad agotadora en exteriores.
Ancianos, las personas con enfermedades cardiacas o pulmonares y niños deben evitar exponerse al aire del exterior.