“Yo me siento más hermano de los latinoamericanos”
Antonio Canales, de 50 años, uno de los bailaores más prolíficos del flamenco actual, proyecta, cuando habla, una vitalidad y alegría contagiante, propia de alguien que “dice” con su cuerpo. Está en Guayaquil y se muestra contento por la creación del nuevo teatro.
Usted ha visitado muchas veces Ecuador y América Latina en general, ¿cómo ve la relación del flamenco con estos países?
Es algo que nos une muchísimo por todo lo que es la rumba, los danzones, el son; hay una parte del flamenco que tiene que ver con nuestra parte indígena, mezclada, criolla. Yo me siento más hermano de los latinoamericanos que de los alemanes, aunque estemos al lado.
¿Qué ha representado para usted estar dentro de esta producción?
Es un canto a lo divino; yo no pienso en católicos ni religiones, yo pienso más universalmente; es un sermón hecho poema y baile. Un trabajo maravilloso.
¿Es católico?
Soy católico porque me bautizaron, pero no me gusta el Vaticano, se ha convertido en una política y esa es la peor de las madrastras. Creo que la religión y la política juntas son lo peor que puede ocurrir.