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El Telégrafo
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La exposición se presenta hasta hoy en el museo municipal

‘Yllescas vuelve del espacio’, otra obra futurista

El artista presenta hasta hoy su obra, luego de dos años de su última muestra. Fue presentada por la expresidenta Rosalía Arteaga. FOTO: CARINA ACOSTA.
El artista presenta hasta hoy su obra, luego de dos años de su última muestra. Fue presentada por la expresidenta Rosalía Arteaga. FOTO: CARINA ACOSTA.
29 de marzo de 2014 - 00:00

Para el artista plástico Jorge Luis Yllescas ser el productor del lienzo en el que va a plasmar su obra es la única garantía para poder asumir como propio el trabajo final en su totalidad. Compra la lonilla y los bastidores. Templa la tela, aplica la técnica, fondea y comienza a pintar. Hace un año lo hizo 60 veces para enmarcar su siguiente obra ‘Yllescas vuelve del espacio’.

Yllescas desplaza su pulso sobre el lienzo que ha trabajado. Si la obra presenta un error en el desplazamiento la deja, pues asegura que insistir en ella puede dañar el resultado final. Asegura que hay que dejar descansar las formas para retomarlas con calma en un nuevo proceso de estudio y poder seguir.

El espacio es el lugar al que el pintor decidió retornar luego de ‘Erupciones Nucleares’, exposición que tuvo lugar en el Tecnológico de Información, donde empezó a tener problemas visuales y estar al borde de perder la visión. Le prohibieron pintar hasta estar recuperado de ocho operaciones, tres en 2013. De ahí que solo hayan pasado dos años para presentar una nueva muestra. Para volver al color, para dar luz.
El jueves 13 de marzo el pintor Jorge Luis Yllescas inauguró su obra en la Sala Polivalente del Museo Municipal de Guayaquil, la cual se exhibe hasta hoy.

La expresidenta Rosalía Arteaga presentó la muestra en ausencia del director del Museo Municipal de Guayaquil, Melvin Hoyos, gesto que Yllescas considera como una desconsideración al artista, sin tomar en cuenta que su exposición es parte de los espacios que abre el Museo fuera de sus exposiciones programadas anualmente, no por eso menos importante que el resto. Tal vez esta sea una contradicción para los reconocimientos que se hacían frecuentes hace una década como la medalla al mérito Vicente Rocafuerte, entregada en 2001 por el entonces Congreso. O, yendo más atrás en el tiempo, cuando el Colegio de Periodistas del Guayas realizó un reconocimiento al artista por “su aporte creativo como pionero futurista”, al menos en Ecuador.

La propuesta de Yllescas, pintor con un trabajo de más de treinta años, se ha caracterizado por el montaje de colores que varios críticos describen como futurista con una clara simbolización del espacio.

Para pensar en la corriente futurista talvez sea necesario trasladarse al pensamiento de la primera década del siglo XX, en Italia. En ese momento de la historia se planteaba la manifestación plástica futurista con la intención de romper con el pasado usando como principio el movimiento, el núcleo de la fuerza, la multiplicación de líneas y detalles y dar por resultado al dinamismo. Crearon ritmos mediante formas y colores.

Yllescas mantiene esa fuerza, la generación de formas, de colores primarios y secundarios que confluyen en una especie de furia tectónica. “Una de las constantes que se puede apreciar en sus cuadros es la explosión del color más que de la forma”, dijo Arteaga en la inauguración de esta muestra. La explicación a esta afirmación es que si bien la técnica es similar y se plasma tanto con los acrílicos como en los óleos y las acuarelas ninguna obra es similar.

Entre los cuadros también se exponen unas esculturas trabajadas en vidrios, a las que les ha encontrado las coincidencias para que las piezas puedan armonizar en sus fronteras y a la vez integrarse con el carácter de la obra.

Muchos comentaristas sobre el trabajo de este artista plástico ponen en consideración la fortaleza de esta propuesta para trasladar pensamientos hacia un nuevo espacio que consideran da calma, pero la energía cósmica es siempre inquietante.

Yllescas, por su parte, quisiera trasladar ese pensamiento a un microchip, instalarlo en una computadora y observar las posibilidades de expandir su propuesta futurista.

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