Luego de dos años de ensamblar sus voces al compás de un género complejo, llegó la etapa de producir lo que por meses estudiaron y ensayaron al punto de probar sus sonidos en México.

La agrupación Jazz Voices está lista para presentar hoy un recital inédito en la sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar, a las 20:00.

Lina Ojeda, Andrea Rivera, Indira Granizo, Cristina Alcívar, Diego Chiang, Juan José Sáenz de Viteri y Andrés Rubio son los protagonistas de este coro que se formó en 2016 mientras cursaban el último semestre de la carrera de Artes Musicales de la Universidad Católica.

Geovanna Badaraco (contrabajo), Josue Nieto (piano) y Juan Ordóñez (batería) acompañan a este ensamble de jazz que en 2017 tuvo sus primeras apariciones en festivales y presentaciones con tinte académico dentro de la entidad universitaria.

“Esta es la primera vez que vamos a hacer un concierto con el nombre del coro como tal, por eso estamos emocionados porque es algo inédito”, manifiesta Villafuerte sobre el performance que esta noche expondrán.

A decir de esta solista que tiene un recorrido de más de 15 años componiendo bajo este estilo, su mayor referente para formar el coro fue el trabajo del prodigioso Darmon Meader, un destacado vocalista y saxofonista de la banda de New York Voices.

“Él arregla de una manera espectacular y los arreglos son bastante complicados por lo que la demora para presentar un recital propio ha sido acoplar el repertorio”, comenta la directora, quien añade que este coro es el único de jazz en el país con acompañamiento instrumental.

El grupo desarrollará un estimado de 11 canciones de las cuales “Ángel de luz” será interpretada con una variación de la estudiante Diana Ávila, quien la adaptó a un estilo contemporáneo.

“It don’t mean a thing”, “In a mellow tone”, “Round midnight”, “Stolen Moments” y “Green dolphin street” son algunos de los temas que interpretarán. Más la composición de Gerardo Guevara “Apamuy Shungo”, un danzante que será interpretado al estilo de Voices Jazz.

“Ellos realmente están comprometidos al proyecto, entonces tenemos horas establecidas, horarios en los que nos reunimos estrictamente a trabajar esto”, sostiene Villafuerte sobre sus pupilos a quienes seleccionó durante las clases de ensamble.

La diferencia con el coro de la Universidad Católica de Guayaquil es que este no fue formado con audiciones, sino que fue creado a partir de sus conocimientos técnicos de jazz que es su estilo original.

Diego Chiang es uno de los integrantes que está a punto de obtener su título y con esta banda ha trabajado el oído al punto de conocer más voces para crear una melodía.

“A medida que los años han pasado, desarrollar esa costumbre de poder sacar esas voces más rápido, de tener una lectura un poco más ágil, entonces eso ayuda totalmente al desarrollo de cualquier evento que tenga el coro”, explica el cantante, con una herencia musical que proviene de su padre Eddie Chiang, reconocido solista.

“La idea del coro a nivel personal me ha ayudado a no abandonar el lenguaje del jazz (...) en las seis voces que tenemos cada uno hace una diferente, entonces ahí la concentración es mucho mayor, por eso este género es muy formativo”, detalla Indira Granizo, quien es mezzosoprano y ya cuenta con el título de la carrera.

Elogiados en México
Los Jazz Voices fueron invitados hace un año al XVIII Festival Mundial de Coros en Puebla, México, donde obtuvieron críticas positivas.

“Quedamos emocionados con eso y además de que la gente que nos recibió allá, a los directores de otros países les encantó el coro porque éramos una novedad como el único con ese formato y poca trayectoria”, reseña Villafuerte, quien por logística no pudo desplazar a toda la banda y debió acoplarse con   siete integrantes. 

Asegura que la disciplina y responsabilidad son el fuerte  que les permitió resaltar de entre 30 coros, en varias ciudades de México. (I)