Al cine llega el "Virus Tropical" de Powerpaola
El nombre de la artista colombo-ecuatoriana Powerpaola surgió por una coincidencia única, de esas que ya están predestinadas a suceder. Mientras hacía una residencia artística en Francia, tenía un novio de ese país al que lo acompañó a su fiesta de cumpleaños. Como apenas llevaba una semana en París, ella no sabía más que español y en la celebración pasó sola, no hablaba con nadie.
De repente, vio a su pareja besándose con otra chica y abandonó la fiesta. Se perdió en esa ciudad desconocida y se subió al metro. Entre lágrimas, un hombre africano se sentó a su lado y le preguntó “Comment tu t’appelles?”. Ella respondió “Paola”.
El tipo, que parecía no entenderla, le dijo “¿Power?” y ella, una vez más, contestó “Paola”, pero él insistía en llamarla “¡Power, Power!”, así que la artista agarró el boleto del metro y escribió con fuerza su nombre, pero el sujeto le devolvió el ticket añadiéndole la palabra “Power”.
Bautizada con esa nueva identidad, Powerpaola empezó a firmar así los trabajos que colgaba en el flicker y en su blog. “Luego de esa experiencia tuve a París para mí sola, podía hacer lo que quería, me compré al día siguiente unos patines y comencé a dibujar cosas grandes. Como que me empoderó ese señor y no creo que él sepa que gracias a eso mi vida cambió”, dice la novelista gráfica y dibujante en entrevista con este diario.
Una de sus más comentadas historietas y la que más guarda relación con Ecuador, Virus Tropical, fue adaptada al cine por el director colombiano Santiago Caicedo.
La cinta será proyectada hoy en el Teatro Capitol, a las 17:00, como función de clausura de la V edición del Festival Latinoamericano de Cine de Quito (Flacq).
Un relato personal
Virus Tropical –que en el país fue publicada por la editorial El Fakir– narra la vida de Paola desde que su mamá se quedó embarazada de ella, aun cuando nadie creía que pudiera hacerlo (incluso, un doctor llega a decirle que es portadora de un virus tropical en su organismo).
Se trata de una novela gráfica sobre los tránsitos de una mujer que pasa de la infancia a la adolescencia entre temores y determinaciones; que tiene que mudarse de Quito a Cali y así reconfigurar su mundo afectivo, además de enfrentarse a un entorno conservador y esencialmente femenino.
La película de Caicedo es fiel a la historia original y el equipo que colaboró en su adaptación es numeroso.
Paola fue la directora de arte, Enrique Lozano el guionista, y Adriana García Galán la encargada de la música.
“El director es mi amigo y fue respetuosos con mi trabajo. La película termina como la novela, con un final abierto. Santiago dice que el final siempre es el comienzo. Eso es lo que me interesa: cómo la gente termina completando el filme con su propia vida”, comenta Paola, quien asegura que no habrá una segunda parte.
La artista destaca la banda sonora de Virus Tropical, que tiene música de los años 80 y 90, tanto latinoamericana como estadounidense. Precisa que Adriana García Galán, además de compartir su misma generación (es de 1977), también tiene estéticas similares y logra que la música le dé potencia al dibujo con el punk, el pop y sonoridades tropicales.
“Me interesa la autobiografía y no tiene que ser solo sobre mi vida íntima, sino de todo el entorno que me rodea –dice Paola–. Nací y crecí en Quito, me siento quiteña. Para mí el clima quiteño es como mi hábitat. Me interesaba volver a esa memoria de la ciudad, de las montañas, del cielo, de la diversidad cultural, de la arquitectura, y también de lo conservador, católico que es”.
Lo mismo le sucede con las mujeres. Al estar siempre rodeada de ellas (tiene dos hermanas mayores con las que vivió en diferentes periodos), quería mostrar que el mundo de las mujeres es más complejo de lo que parece.
“A mí me han mostrado mujeres que realmente no conozco: perfectas, dóciles, sumisas, que todo lo hacen bien. No me siento identificada con ese arquetipo femenino. Las que conozco me parecen más diversas”, asegura.
Al haber estudiado artes plásticas, esa disciplina le dio a Powerpaola el bagaje para “investigar cosas que me conmueven, que no tienen que ver con el dibujo muy realista, para eso haría fotografía. Me gusta el dibujo que tiene su propia personalidad, el arte primitivo, mitológico, medieval; y hay muchas referencias a artistas, empezando por Marjane Satrapi, en el mundo de la pintura están Philip Guston, Jean-Michel Basquiat, Raymond Pettibon, Mark Beyer o Rousseau”.
Paola siempre se ha sentido extranjera. Esa situación de limbo, que antes le hacía sentir vulnerable, hoy la asume como un lugar de poder, donde puede reinventarse las veces que quiera.
“Necesito llenar esta cabeza con nuevos mundos, a veces la imaginación es limitante. Me gustan los autores que trabajan con su vida, como Joan Didion, Susan Sontag, Patti Smith o Gabriela Wiener, que es una peruana que hace periodismo gonzo. Pero para hacer Virus... no solo estuve inspirada por otras mujeres, sino que me leí Flores en la nieve, de Gregor von Rezzori, que en cada capítulo se enfoca en un personaje de su familia. Eso me ayudó mucho. Y he leído y visto mucho a John Waters”, acota. (I)