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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Vitale publica libro-objeto

La poeta uruguaya Ida Vitale conoció a Juan Ramón Jiménez y a Bergamín, trabajó con Octavio Paz y compartió generación, la del 45, con Benedetti o Idea Vilariño, quienes tenían como gurú a Juan Carlos Onetti. Hoy, a sus 90 años, testigo de todo un siglo, dice que “el libro digital es un campo de propaganda”.

“Por la computadora llegas a nombres que no conoces y tienes la posibilidad de interesarte por autores y poemas que ni hubieras imaginado. Tiene un poco el papel que tuvieron las revistas, que hoy ya no están; ocupan su papel de propaganda, pero un libro te lo puedes llevar a la cama de una manera, que con la computadora o una tableta jamás podrás”, así lo explica la poeta y novelista, que ayer leyó sus poemas en la Casa de América, en el festival de Poesía de Madrid, Poemad 2013.

Ida Vitale, que también acaba de publicar en España una selección de su poesía en un bello volumen ilustrado (un objeto libro) por el artista Jaime Aledo, con el título Área de comienzo, editado por la Galería Estampa, dentro del proyecto Biblioteca Americana, asegura sentirse “feliz” de estar en España para compartir tarde y espacio con otros poetas como Menchu Gutiérrez, Blanca Andreu, Joaquín Pérez Azaústre o Ernesto Pérez Zúñiga.

Ida Vitale viene de pasar unos días por Montevideo, su ciudad de origen, y tras su participación en Poemad, regresará a Estados Unidos, a Texas, donde se exilió en 1989 tras el golpe militar en su país. Tuvo un paréntesis de once años en México en los que trabajó con Paz y formó parte de la mítica revista Vuelta.

Unos años en los que ser escritor, ser poeta, era una cosa muy diferente de lo que es ahora, sostiene la autora de títulos como Palabra dada o Mella y criba.

“Había gente muy rica culturalmente hablando y había una sociedad que sostenía eso y era su reflejo. Existía otra educación, otro tiempo y otro tempo y no existía esa terrible acechanza del escritor que escribe el primer libro y se siente obligado a no salirse de su horizonte visual”, subraya quien también fue profesora y crítica literaria.

Premio Internacional Octavio Paz, Vitale siempre ha sentido rechazo por la llamada poesía social o comprometida, porque dice que con ella nunca “ningún poeta ha conseguido el momento más decoroso de la poesía”, ni siquiera Pablo Neruda, “cuyos mejores libros -afirma- no son los políticos”.

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