Una Revolución Gloriosa que juntó agua con aceite
El 28 de mayo de 1944 un alzamiento popular depuso a Carlos Alberto Arroyo del Río, acontecimiento que pasaría a la historia con el nombre de “La Gloriosa”.
Esta acción juntó a actores políticos tan disímiles unidos en la Alianza Democrática Ecuatoriana ADE que, una vez derrocado Arroyo, nombró una Junta Provisional de Gobierno, hasta la llegada, desde Colombia, de José María Velasco Ibarra.
La Junta estuvo conformada por Julio Teodoro Salem (Partido Liberal Radical), Mariano Suárez (Partido Conservador), Manuel Agustín Aguirre (Partido Socialista), Gustavo Becerra (Partido Comunista), Luis Larrea Alba (Vanguardia Socialista Revolucionaria) y Camilo Ponce Enríquez, (Frente Democrático Ecuatoriano.
La Asamblea de 1944 no tenía presencia femenina. La de 2013, tiene a 3 mujeres dirigiéndolaEsta coalición de partidos colaboró durante los primeros meses de gobierno. Velasco Ibarra asumió el poder prometiendo convocar una Asamblea Constituyente que en efecto se llevó a cabo. Por fuera del historial populista de quien fuera cinco veces Presidente de Ecuador, analistas coinciden en afirmar en que la Revolución de 1944 ayudó a robustecer la democracia.
Por ejemplo, la primera organización indígena de Ecuador, la FEI (Federación Ecuatoriana de Indios), fue consecuencia de este momento histórico. La conformación de asambleístas dio como resultado una mayoría de izquierda, algo inédito hasta ese momento en el país.
El ambiente que se vivía durante el proceso de construcción de la nueva Constitución era de esperanza, pese a que no había en dicha Asamblea integrantes de los grupos tradicionalmente excluidos -por ejemplo indígenas y mujeres- con la excepción del nombramiento por la CTE, de Nela Martínez, como delegada alterna para representar a los trabajadores.
Martínez era una conocida militante comunista y fundadora de la Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE), uno de los grupos que habían apoyado la Revolución. Ella decía que la idea de que la mujer jugara un papel en la política era tan incomprensible para las élites que no había ni un baño para mujeres en el palacio legislativo.
En comparación, vaya si se ha avanzado en Ecuador en cuanto a la integración de la mujer. En la asunción de la nueva Asamblea Nacional de 2013, tres mujeres juraron para la Presidencia y las Vicepresidencias.