Una noche de folclor en honor a Guido Garay

El pasado jueves 15 de enero, el Teatro José Martínez Queirolo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas (CCNG) lució lleno. La mayoría de los asistentes eran personas de la tercera edad que desde las 18:00 habían hecho fila en los exteriores de la institución para ingresar y ver el 2º Festival Montubio Guido Garay que inició a las 19:00. La actividad organizada por la CCNG es parte del homenaje póstumo al barítono y folclorista al cumplirse 6 años de su fallecimiento y 50 de creación del primer grupo de danzas folclóricas montubias.

Como bienvenida se pasó un video con fotografías de Garay de su infancia, juventud y adultez y, sobre todo, de su faceta de artista.

Luego se dio paso a la agrupación Los Montubios del Tablao, dirigida por Gabriel Paredes, que hizo reír al público con sus interpretaciones de amorfinos acompañados de guitarra y requinto, o que contaba anécdotas -al estilo campesino del Litoral- sobre el día en que supo que murió Don Guido, como expresó Paredes.

Posteriormente apareció en el escenario el tenor Ángel Oyola, quien en su primera interpretación, Cholo porteño, estuvo acompañado por los bailarines y coreógrafos Scarlett Pazmiño y Ricardo de la Torre. Su segunda canción -a petición de los asistentes- fue Mujer costeña.

Después de la presentación de Oyola, salió a escena el grupo Nuestra Danza, dirigido por Ricardo de la Torre desde hace 29 años y que interpretó la Polka y el Galope.

“Gracias a Guido la mayoría de los grupos de Guayaquil realizan folclor costeño, él fue quien dio ese empujón necesario”, expresó.

De la Torre contó que incluso su incursión en este género dancístico se debió a él, cuando por insistencia de su hermano llegó al Frente de Artistas del Guayas -donde Garay era director- y le mostró la danza montubia.

“He hecho arte por amor al arte. Ahora lo que me considero es un abuelito. Me siento feliz siendo un anciano”, decía Guido Garay en un audio que facilitó a la Casa de la Cultura la periodista Scarlett Pazmiño de una entrevista que le hizo hace varios años.

Ella, al igual que De la Torre, ingresó al mundo del folclor gracias a Garay. Recordó que fue por medio de su abuela que conoció a Garay cuando tenía 4 años.

A los 10 él le dio clases personalizadas e incluso le regaló el libro que había escrito sobre proyección estética costeña.   

“La importancia de recordar el trabajo de Guido Garay es que fue el primero en el país -en 1965, para los 5º Juegos Bolivarianos- en representar en escena la vida y tradiciones del montubio, en base a investigaciones que realizó con Rodrigo Chávez González”, dijo.  

Luego del audio, el Grupo de Danza de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil, dirigido por la licenciada Isabel Ballén desde hace 20 años, bailó Tus ojos y Alma Montubia, aunque ella practica folclor costeño desde hace 45.

“Guido me enseñó a amar la danza de la Costa. Esta se desconocía. Con mis alumnos es un proceso; al inicio sienten vergüenza: que esto es cholo, pero poco a poco, cuando investigan el porqué del tema, asumen el personaje y la danza como algo propio”, indicó Ballén.

Después estuvieron en escena los alumnos de Scarlett Pazmiño de la carrera de Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guayaquil, quienes interpretaron (canto y baile) El Montubio y La Iguana; así como también los integrantes del Ballet Folclórico Antorcha, de Luis Gómez, para mostrar un trabajo coreográfico llamado Los Cuadrilleros, donde se mostraba el día a día del campesino costeño.

Sus temas fueron Mañanitas de mi tierra, Tus Ojos, Montubio de la loma y Alma Montubia.
Para finalizar el homenaje, Luzmila Nicolalde, concejala del Municipio de Guayaquil, anunció que la escultura de cuerpo entero de Guido Garay que actualmente está ubicada en la ciudadela Naval Norte, sería reubicada en las siguientes semanas en el parque de la intersección de la Avenida de las Américas y la calle Los Ríos.

Al terminar el evento, los nietos de Guido Garay entregaron placas de reconocimiento a su labor a los diferentes coreógrafos y al tenor que participaron en el espectáculo.

El público se retiró lentamente, pero una que otra persona iba cantando fragmentos de las melodías que recuperó Garay: “Soy el montubio de la loma y ando en busca de un querer, y si es bonita la paloma como hombre la hago mi mujer”.