Una minga para poner “fuera a los fantasmas”
Los 200 trabajadores de la Casa de la Cultura (CCE), matriz Quito, se asemejaban ayer a una comunidad de hormigas en un día de recolección de alimentos.
La diferencia radica en que los colaboradores de la CCE no buscaban, desde luego, ningunos alimentos, sino que limpiaban la “Casa”, como la denominan con cariño. Vestidos con mamelucos azules y celestes o sencillamente con ropa deportiva, los trabajores liderados por su presidente, Raúl Pérez Torres, iniciaron la limpieza desde las 8:30.
Armados de palas, escobas, recipientes, espátulas, limpiones, los trabajadores recorrieron cada una de las áreas de la Casa de 4.000 metros. Jardines, senderos, escaleras, vitrales, pasamanos, ventanales, terrazas fueron limpiados al ritmo de las melodías que entonaba “La Gran Banda Amiga”.
A Islandia, del área de Museos de la CCE, le tocó limpiar la parte frontal del jardín de su departamento. Con una hoja de un periódico improvisó un gorro y una vez puestos los guantes empezó a sacar las hierbas que aparecían entre las uniones de los adoquines que forman un camino que rodea la CCE. “Estamos recobrando esa ritualidad de los pueblos ancestrales que se reunían para limpiar. La actividad además nos servirá para afianzar la amistad y mejorar las actitudes”, dijo Islandia.
William, de la Sala de Cine Alfredo Pareja Diezcanseco, por su parte limpiaba los vitrales en los que se promociona la cartelera y se colocan las sinopsis de los largometrajes que se presentan en el lugar. “Es una limpieza simbólica, con la que queremos renovar el espíritu tanto de los trabajadores como el de la institución. Queremos recobrar la honestidad y moralidad”.
Fidel, quien está encargado del Fondo Editorial Pedro Jorge Vera, pintaba las rejas que protegen el departamento. Para llevar a cabo la minga, los directivos realizaron aportes voluntarios, los mismos que llegaron a los 2.000 dólares, contó Carlos Eduardo Pérez, quien fue nombrano este jueves como secretario de la CCE.
Por su parte, Pérez Torres, que también se puso ropa deportiva para la ocasión, recorrió y compartió momentos con los trabajadores. Para el presidente de la institución la actividad desarrollada es una “metáfora-minga” con la que pretende limpiarla “física y espiritualmente”. Pérez Torres asumió la presidencia en agosto después de que un juez falló a su favor en una disputa electoral.
El titular presentó una acción judicial para defender el triunfo que consiguió en las elecciones presidenciales, pero que no era admitido por la administración saliente que estaba liderada por Marco Antonio Rodríguez.
Pérez Torres, en sus discursos, habla de que recibió una “casa vieja”, e incluso en una entrevista dijo que no había dinero ni para pagar cuentas de $ 50, que se habían comprado pinturas y con ello se había dejado sin dinero para la reciente administración.