Una escuela de pianistas, la herencia de Cañizares
El pianista Reynaldo Cañizares, director del conservatorio Rimsky-Korsakov, apareció muerto la mañana de ayer en su departamento. Hasta el momento se desconocen las causas de su deceso, pero se presume que se debió a una contusión cerebral tras un presunto robo en su domicilio, ubicado en Urdesa, al norte de Guayaquil.
Cañizares falleció a los 49 años. Su cuerpo fue hallado por la empleada doméstica, a las 08:00 de ayer, e inmediatamente trasladado a la morgue para realizar la autopsia y los trámites correspondientes.
Cañizares era máster en Bellas Artes, pianista-concertista, consertmeister y pedagogo. Estudió en la Escuela Superior de Música de Moscú, en el conservatorio Rimsky-Korsakov de San Petersburgo (Rusia), en el Instituto Superior Pedagógico Musical Gnesenix y en el conservatorio P.I. Tchaikovsky de la capital rusa.
Ofreció recitales y actuó como solista de orquestas sinfónicas en Estonia, Letonia, Lituania, Estados Unidos, Alemania, Francia y Finlandia.
Fue profesor y director de carreras y programas de artes en la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; y presidente de la Asociación Latinoamericana de Pianistas Pedagogos, adscrita a la European Piano Teacher’s Association.
Cañizares dictó cursos internacionales de “Técnica Pianística e Interpretación” en Finlandia y “Clases Magistrales” en Chile, Alemania, Brasil, México, España e Italia.
Desde 1992 compartió intensivamente su actividad pianística con la pedagógica y en 1994 fundó el conservatorio Rimsky Korsakov que dirigió hasta la actualidad.
Fue presidente de la fundación Rimsky Korsakov del Ecuador, desde 1998, que tiene como finalidad el rescate y formación de niños prodigio y jóvenes de excepcional talento musical, campo en el que Cañizares trabajaba arduamente.