“Creatividad=Capital” fue el primer tema que se trató en la mesa redonda que se realizó dentro del Segundo Encuentro Iberoamericano de Arte y Trabajo que organizó la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). 

Los españoles, Fernando Vicario, experto cultural y Jaron Rowan, fundador de Yproducciones, y el estadounidense Leonardo Wild, investigador y escritor, expusieron algunas visiones sobre ese complejo proceso de hacer, distribuir y financiar proyectos culturales. Primero Fernando Vicario expuso sobre ese cambio de mentalidad y de discurso que deben realizar los creativos para aproximarse hacia los empresarios y potenciales clientes.

Jaron Rowan se enfocó en hacer una reflexión sobre las ventajas que presenta trabajar con la creatividad, pues a su criterio es mucho más económico, renovable y no se agota a comparación con otras industrias como la de la extracción del petróleo. Leonardo Wild en cambio planteó preguntas al público sobre si se tiene que monetizar la creatividad.

Las preguntas del público versaron entre ¿cómo financiar los proyectos culturales?, ¿cómo mantener los contenidos sobre la mercantilización?, ¿quién determina la calidad de los trabajos culturales? Y la formación de públicos.

Vicario, que se ha desempeñado en los Centro Culturales Españoles, fue claro al asegurar que el gestor cultural tiene que estar más atento a la sociedad y menos al artista y que tiene que aprender a investigar y escuchar a la comunidad. “La sociedad consume cultura, claro que consume, no podemos vivir sin cultura, si hubiera una huelga de cultura tendríamos que estar un día en silencio, apagar la TV, dejar de escuchar música, (...) se acabaría lo que nos hace seres humanos, un día sin cultura seríamos simios colgados de los árboles”, dijo el gestor.

Sobre la financiación, el experto indicó que en todas las sociedades existe gente con dinero, pero la diferencia radica en cómo llegar a este grupo y propuso a los gestores que los traten como a iguales, es decir como creadores también, porque lo de tener una empresa nace de una idea, un sueño. “Si nos quitamos esa idea de que somos los que pedimos y nos ponemos una nueva de que somos los que aportamos y entendemos que dentro de la frase responsabilidad social y empresarial está también la responsabilidad social creativa, y la responsabilidad social del arte, entenderemos que podemos aportar y serán las empresas las que vengan a pedirnos”.

Sobre esa idea de que el Estado tiene que otorgar dinero a los gestores culturales para sus proyectos, el invitado hizo algunas precisiones sobre esta metodología, así explicó que sí efectivamente se entrega dinero a la sección salud, ambiente, educación, se conoce qué tipo de resultados se va a entregar e incluso se puede negociar el tipo de trabajo que se desea, lo que no pasa con la cultura. “Qué ofrezco a la sociedad, salud, educación dan un servicio social, pero eso el artista no lo hace, entonces parece que el artista tiene el derecho divino por crear porque es artista, (...) pero esos tiempos se acabaron”, indicó.

Sobre el precio que supuestamente debe tener la creatividad, Leonardo Wild, autor del texto “El dinero o la Vida”, explicó que el problema radica en que la gente cree que todo lo que tiene valor, tiene que ser “monetizado”. “El arte verdadero no puede monetizarse, es una riqueza intangible”, dijo el investigador, tras añadir que la  creatividad es un derecho de todos.

En la sala en la que se realizó la mesa redonda se expuso “La Botica de Proyectos” que abarca propuestas de varios jóvenes gestores. En total son 10 propuestas y cada una de ellas tiene la particularidad de que el contenido es su base en lugar del valor monetario, así lo explicó Sebastián Silva, del proyecto Interruptor Fanzine.