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El Telégrafo
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Ulises Estrella, ícono del progreso del cine nacional

Estrella fue gestor del surgimiento del cine club colegial a inicios de la década del 80. Foto: Archivo / El Telégrafo
Estrella fue gestor del surgimiento del cine club colegial a inicios de la década del 80. Foto: Archivo / El Telégrafo
28 de diciembre de 2014 - 00:00

El autor de poemarios como Ombligo del mundo (1966), Convulsionario (1975) y Aguja que rompe el tiempo (1980) falleció en Quito a los 75 años. Ulises Estrella, creador del Departamento de Cine de la Universidad Central, fundador y director de la Cinemateca Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, donde trabajó 30 años, también fue cofundador del movimiento tzántzico.

Integró la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y el Comité de Cineastas de América Latina, fue autor de las novelas Fábula del soplador y la bella (1995) y Quilago, la mujer solar (1999), la colección de relatos Tiempos antes del furor (1967), el ensayo Reflexiones de fin de siglo, y la pieza teatral Apenas este mundo (1969).

Ulises Estrella fue uno de los principales representantes del Tzantzismo, movimiento proveniente del dadaísmo colombiano que entre 1962 y 1969 atacó al tradicionalismo y aburguesamiento de la sociedad y la degradación de las letras con publicaciones y recitales en lugares públicos. Impulsó la Asociación de Escritores y Artistas Jóvenes, en la cual participaron cerca de 200 intelectuales del país, y se convirtió en uno de los más importantes quitólogos. Lo demuestran libros como Fábula del soplador y la bella, texto de corte histórico del cual se extrae uno de los incuantificables textos que le dedicó a la capital: Quito es un enigma.

Más arriba y más debajo de la cuadrícula central, espacio de control, orden y omnipotencia, se desparraman los barrios a diestra y siniestra; la gente sigue dispuesta a trepar las mil gradas que llevan hasta la gotera del volcán, acostumbrándose a bajar. A despeñarse entre las quebradas hacia el levante, agitando las cabezas frente al sol que nace».

En Quitología, le cantó a lugares de la ciudad más modestos que las grandes catedrales y las calles inmemoriales por donde avanzaron los libertadores, pero que conforman a los habitantes.
Le escribió al Pichincha, volcán de la ciudad que ha determinado la historia, arquitectura e idiosincrasia de los quiteños, en una época en que los profanos decían que dormía y los expertos que continuaba despierto, siendo testigo de las eternas convulsiones capitalinas. Y también le dedicó sus letras a las fiestas de la ciudad desde su óptica de reductor de cabezas: “Las calles tienen orines ácidos y calientes un poco de pólvora en el corazón de los ríos de gente”.

Su obra abarca 15 libros, la película ‘Catas al Ecuador, y gran cantidad de videos educativos. Fue una autoridad y una institución del cine ecuatoriano, como difusor y crítico. Por su tipo de poesía irreverente y revolucionaria llegó a ser calificado como el Allen Ginsberg ecuatoriano (poeta estadounidense que destacó especialmente en la década del 50).

“Capitán y creador del grupo tzántzicos, por él me hice escritor, como tantos amigos suyos. Gestor cultural incansable, creó y mantuvo durante años la cinemateca de la Casa de la Cultura que debe llevar su nombre. Creador e inventor de la Quitología, la ciudad le debe mucho de su actual memoria...”, expresó Abdón Ubidia, quien junto a Ulises Estrella formó parte del grupo de escritores y poetas que se reunieron allá por el año 1973 con Julio Cortázar en la casa de Javier Ponce.

Francisco Borja, ministro de Cultura y Patrimonio, mostró su pesar por la muerte de Estrella, a quien calificó como hombre de cine, letras y  cultura. “Además del legado de su extensa obra literaria -testimonio de su espíritu existencial, de la valentía y del compromiso de su generación- debemos a Ulises Estrella la primera política pública de preservación de nuestra memoria audiovisual”, manifestó el ministro.

Borja hizo extensivo su pesar a la familia del poeta y a quienes integraron el movimiento Tzánzico como Euler Granda, Alejandro Moreano, Humberto Vinueza, Antonio Ordóñez y Raúl Arias, entre otros.

El apoyo de Estrella al surgimiento del cine club colegial a inicios de la década del 80 también fue destacado en las redes sociales. “Porque no hay cine sin memoria ni memoria sin cine. Gracias Ulises!”, expresó la cineasta Tania Hermida. 

“Escribió muchos libros inolvidables, siempre en formatos modestos. Si alguien siguió la consigna del 68: ‘Exijamos lo imposible’. Fue él, hasta el fin. Rebelde eterno, nunca claudicó en sus ideales de izquierda”, publicó Ubidia en su muro de facebook.

Sus restos mortales reciben velación en la funeraria El Girón.

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