Tres instalaciones de arte para rememorar obras de Vargas Llosa
Las obras del escritor Mario Vargas Llosa llevadas a la pantalla grande son el objeto de una exposición inaugurada ayer en Lima, en la que siete artistas peruanos confrontan los lenguajes de la novela, el arte plástico y el cine.
Bajo el título “El cine según Vargas Llosa”, la exposición recoge tres instalaciones relacionadas con las tres principales adaptaciones que el cine peruano ha realizado sobre la obra del Nobel: “La ciudad y los perros”, “Pantaleón y las visitadoras” y “La fiesta del Chivo”.
Sin embargo, el curador de la muestra, el dominicano Luis Lama, señala que más que adaptar a otro medio las películas, los artistas han partido del texto original “para ver cual es su visión y mostrar al público cómo la adaptación de un texto literario no es unívoca sino que puede tener varias visiones”.
Lama espera que todas las versiones salgan “enriquecidas de esta confrontación”.
El primero de estos encuentros será entre la versión de “La fiesta del Chivo” que dirigió Luis Llosa en 2005 y la instalación realizada por el colectivo Desvela, formado por las fotógrafas Marina García Burgos y Morgana Vargas Llosa, hija del escritor y la periodista Paola Ugaz.
La historia de las hermanas Mirabal, asesinadas en 1960 a raíz de su oposición a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, fue el tema elegido por Desvela en su instalación: un enrejado calabozo que encierra mariposas vivas traídas desde la selva peruana.
“Elegimos esa historia porque, de todos los crímenes cometidos por Trujillo, la muerte de las tres hermanas nos impactó, y vimos ahí la vulnerabilidad de las mujeres en situaciones de conflicto”, señaló Vargas Llosa.
Para las miembros de Desvela, las Mirabal son un símbolo de la “vulnerabilidad pero también de la fuerza de las mujeres” y que sobrepasa las fronteras de la República Dominicana para poderse trasladar a cualquier conflicto en cualquier lugar del mundo, como Perú.