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Trastos, recuerdos, biografía de Wislawa Szymborska

La autora de Hasta aquí fue miembro del Partido Obrero Unificado Polaco del que se distanció posteriormente. Foto: Internet
La autora de Hasta aquí fue miembro del Partido Obrero Unificado Polaco del que se distanció posteriormente. Foto: Internet
02 de mayo de 2015 - 00:00

La resistencia de la poeta, ensayista y premio Nobel polaca (1996), Wislawa Szymborska, a dar entrevistas ya que pensaba que confesarse públicamente equivalía a perder el alma, no amilanó a Anna Bikont y Joanna Szczesna a publicar recientemente la biografía Trastos, recuerdos.

Juntas ahondaron cuanto de peripecia vital había en sus poemas, reseñas, conferencias y recitales; hablaron con amigos de la escritora, reconstruyeron su árbol genealógico, recuperaron textos inéditos y organizaron un relato tan coherente que provocó la curiosidad de la propia Szymborska, quien acabó accediendo a reunirse con sus biógrafas diciendo: “Está bien, precisemos”.

El resultado son 700 páginas llenas de descubrimientos. No es solo una biografía sino también un acercamiento agudo a su obra, una antología de sus versos, un álbum fotográfico, un catálogo de sus collages e incluso una novela sobre sus antepasados: “Todo empezó así. Unos vientos huracanados derribaron miles de abetos en las propiedades del conde Wladyslaw Zamoyski...”.

Las autoras reconstruyeron la infancia de una Szymborska que obligaba a todo el mundo a que leyese para ella, besaba ranas y que, junto a unas amigas, ató a un árbol al niño que les gustaba y allí lo dejaron mientras dirimían quién lo quería más. Esas amigas conservaron algunos de sus primeros poemas, ahora recuperados.

Szymborska estuvo, desde bien joven, en el centro de la vida intelectual de Cracovia. Abandonó la sociología aburrida de que todo lo explicara el marxismo, pero acató las normas del partido. Cuando recibió el Nobel, hubo quien tomó el premio como una afrenta y aireó su pasado comunista, y que en la biografía no esconde; hay poemas dedicados a Stalin, y declaraciones del tipo “Al Partido le debo el pleno conocimiento de la verdad” o “Sólo pido morir siendo comunista”. Ella tampoco lo escondió, pero sin ningún acto de contrición, la escritora evolucionó hacia un individualismo compasivo.

Szymborska nunca tuvo mascotas pero sentía una especial fascinación por los monos, una especie de espejo en el que interrogarse. Una vez se hizo una sesión de fotos en el zoológico de Cracovia con una chimpancé. La sentaron junto a la poeta, intentó morderla cuando quiso abrazarla y al oírla gritar alargó la mano, arrancó unas hojas y le tapó la boca con ellas. “¿No quería que gritara o quería pedirme perdón?”, se preguntó Szymborska.

Hasta aquí fue la obra que recopiló 13 poemas póstumos. Otros textos conocidos son Preguntas a mí misma, Sal, Si acaso, No sé qué gente, entre otros. Falleció el 1° de febrero de 2012. (I)

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