Tras los pasos de la 'bailarina' de Degas
En un musical, un ballet, en las páginas de un cuento... ‘La pequeña bailarina de 14 años’ sigue danzando para el mundo más de 130 años después de que Degas la exhibiera por primera vez. Pero ¿qué hay de la modelo? Su trágica y misteriosa vida aún intriga.
El artista francés presentó su escultura de cera con tutú en 1881, en París. Lo hizo con un año de retraso y no volvió a exponerla jamás. La obra considerada como preámbulo del arte moderno horrorizó en su época. Ni la niñez del rostro ni la gracia de la posición de ballet lograron atenuar el escándalo. ¿Quién era Marie Van Goethem? ¿Qué sabe el visitante que la admira en la National Gallery de Washington -después de que Francia la dejara partir-, o en museos como el Met de Nueva York, frente a una reproducción de bronce?
“Era una de esas jóvenes que su familia enviaba a bailar” a la Ópera de París, no solo porque era un trabajo que permitía llegar a fin de mes, sino porque allí podía acercarse a los hombres burgueses conocidos como los “protectores”, explica Marine Kisiel, comisaria de la exposición Degas Danse Dessin, exhibida en el Museo de Orsay. “Era una forma de prostitución”.
Los secretos de la Ópera
Nacida en la miseria, de padres inmigrantes belgas, Marie era una niña “explotada” por su madre y el mundo de la danza, menciona a la AFP la escritora Camille Laurens, autora del libro La pequeña bailarina de 14 años, publicado este año en Francia. Al presentarla en público, Edgar Degas manifestó una verdad hasta entonces callada, la otra cara de la moneda de las magníficas veladas de la alta sociedad en la Ópera de París, los inconfesables secretos de sus bastidores.
Kisiel indica que el artista, un burgués bien integrado entre la flor y nata parisina, no buscaba tomar una posición política. Pero el hecho de que “representara esta realidad cruel y fuera contra las falsas apariencias de entonces, era una señal de compromiso”.
La historia de Marie “es rocambolesca, romanesca... muestra perfectamente cómo era el mundo del ballet en la época”, refiere Patrice Bart, coreógrafo retirado de la Ópera de París y creador del ballet ‘La pequeña bailarina’.
Despedida
Degas remuneraba a la modelo por posar durante largas horas y llegó a dibujarla 26 veces -vestida y desnuda- antes de moldear la escultura. Afeando sus rasgos, ensanchando su mandíbula, logró acrecentar la estupefacción del público, acostumbrado a las siluetas bellas y armoniosas.
¿Qué empujó al escultor? Su relación con la joven es también un misterio. No se casó nunca, no se le conocieron amantes y la versión más plausible es que sintiera hacia Marie una especie de “paternalismo bondadoso”, lejos del cliché del artista que se acuesta con su modelo, manifiesta Laurens en su libro.
Pero tampoco tradujo esa supuesta benevolencia en hechos concretos. Poco después de que la obra se exhibiera en la exposición de impresionistas, la bailarina fue despedida con inmediatez de la Ópera de París por sus ausencias repetidas, sin que el artista tratara aparentemente de interceder.
Con Marilyn Monroe
Los destinos de Marie y de la obra se separaron. Tras la muerte de Degas en 1917, la escultura de cera fue reproducida en varios ejemplares en bronce y la original dejó Francia por 160.000 dólares, rememora Laurens.
Desde 1956, pertenece al coleccionista estadounidense Paul Mellon y se ha convertido en una especie de ídolo eterno, junto a la que posó Marilyn Monroe o se inspiró el artista Damien Hirst para su colosal escultura ‘The virgin mother’.
¿Pero qué pasó con la vida de la joven, desaparecida sin dejar rastro cuando cumplió los 16 años?
Dos lectoras de Laurens, expertas en genealogía, podrían haber aportado un indicio: hallaron la amonestación en París de la boda de una tal Marie Van Goethem, de 27 años, con la misma fecha de nacimiento que la bailarina. ¿Era ella?
Por ahora la escritora no pudo confirmarlo.
En cualquier caso, la vida de Marie volvería a perderse: la boda nunca se celebró y el esposo, un chocolatero belga, se casó más tarde con otra mujer. (I)