Tras los pasos de Antonio Lloret Bastidas

La vida del escritor cuencano Antonio Lloret Bastidas, declarado cronista vitalicio de Cuenca ahora se plasma en un libro escrito por su hijo, Eugenio Lloret.

Como se señala en la introducción de la obra, “la vida de Lloret transcurrió en el apretado y prodigioso siglo XX”, pues se cree que en este período se dieron los mejores momentos para escribir la historia y las anécdotas que vivieron los cuencanos en todos los ámbitos.

Este escritor ya fallecido buscó muchas formas para investigar, incluso se dice que con la venia del entonces director de la Biblioteca Municipal se metía en los archivos a eso de las 6 de la tarde y salía al día siguiente para ir a su labor diaria, pero aprovechaba toda la noche para transcribir libros.

¿En torno a qué gira el libro: Antonio Lloret, más que un escritor?

Se trata de un estudio biográfico y crítico en torno a la vasta obra literaria que ha dejado mi padre. Lo identifico como educador, pues destacó con el libro Fuego de Prometeo que cuenta la historia del magisterio azuayo. Como académico de la lengua sustituyó en la mesa directiva a Luis Moscoso Vega. Como historiador, Lloret escribió la biografía de Cuenca en 2 tomos que acaban de ser publicados, es un calendario cívico que se publicaba en los periódicos locales. Este libro es una biografía, desde su nacimiento hasta su muerte, luego hago un análisis crítico de las 7 facetas que tuvo Antonio Lloret.

Él escribió varias obras, ¿todas se publicaron?

Escribió infinidad de testimonios en torno a la historia de Cuenca. Como poeta alcanzó el premio nacional de poesía Ismael Pérez Pazmiño con su libro Imagen y Memoria de la Poesía. Escribió un libro llamado Parábola del Corazón, luego, Centinela en el llanto, colección de poemas que constan en diversas antologías de poesía ecuatoriana e incluso latinoamericana. Como novelista no alcanzó a publicar su obra que quedó inédita y que se llama Los signos de la llama, que es una novela histórica que narra los sucesos políticos que se daban en Cuenca en torno al presidente José María Velasco Ibarra y personajes de izquierda, esta novela alcanzó el reconocimiento de Jorge Luis Borges.

¿Cuánto significó Lloret Bastidas para Cuenca?

Esta ciudad todavía le debe mucho a Antonio Lloret. En la época del alcalde Xavier Muñoz Chávez, le declararon cronista vitalicio de Cuenca para reemplazar a Víctor Manuel Albornoz que fue el primer cronista de Cuenca, función que cumplió hasta el mismo día de su muerte.

Trabajó en el Municipio, pero ¿cómo era en el hogar?

Era un hombre muy conversador, con una memoria prodigiosa, en casa nos levantábamos de la mesa cuando él disponía porque era la mejor oportunidad para la autoeducación o didáctica. Nos narraba con lujo de detalles todos los acontecimientos que sucedieron en Cuenca en torno a la política y educación. En ese entonces no había la tecnología de hoy, él entraba con autorización del director de la biblioteca municipal a las 6 de la tarde con su fiambre (merienda) con su termo de café y salía a las 7:30 de la mañana de retorno a su casa a bañarse y a seguir con sus actividades cotidianas. Obviamente mi madre sabía que mi padre estaba encerrado en la biblioteca, todo era para investigar y se daba el trabajo de transcribir muchos de los textos que necesitaba para hacer sus trabajos.

¿Qué tan difícil fue describir al propio padre?

Fue una tarea ardua. Hubo desvelos para releer y descubrir algo que no había leído. Hurgué en los documentos personales, archivos, cartas de críticos, de amigos, de poetas que fueron parte de su vida, fue un momento oportuno para saber algo más sobre el gran poeta que tuvo Cuenca. Mi padre, como historiador, fue uno de los más grandes investigadores. En el libro Historia de Cuenca se hace una crónica e induce con una bibliografía abundante al lector a ver si quiere saber algo más sobre Abdón Calderón, Gil Ramírez Dávalos. El libro fue escrito en unos 3 meses aproximadamente para que los cuencanos y ecuatorianos sepan quién fue Antonio Lloret Bastidas. (F)