El Estado ecuatoriano ha trabajado con un plan de acción para la salvaguarda del sombrero de paja toquilla que declaró la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad hace 2 años.

La mención se direcciona de manera particular a la trascendencia de ese conocimiento a nuevas generaciones, que actualmente no se focalizan en la actividad a pesar de ser la única forma de garantizar su salvaguarda. No obstante una de las consecuencias del prestigio que ahora tiene el sombrero de paja toquilla con la mención de la UNESCO es el incremento de su comercialización, sin abolir el mito de la procedencia panameña que se genera a partir de la marca Panamá Hat.

El sombrero de paja toquilla es una actividad que parte de Manabí a finales del siglo IX y de a poco se extiende en otras 4 provincias del país: Cañar, Azuay, Santa Elena y recientemente se descubrió que hay una población en Morona Santiago que trabaja el material de forma muy incipiente.

Una de las principales solicitudes de las artesanas que han heredado y sostenido esta tradición es la atención estatal sobre su forma de vida, que permita darle continuidad a su trabajo artesanal.

En zonas como Güel, donde se realiza esta actividad desde mediados del siglo XX, según los estudios que se han realizado, el tejido de sombreros de paja toquilla no funciona con fines comerciales.

Esta problemática ha sido uno de los ejes que ha trabajado el Estado desde instituciones como el Instituto Nacional de Patrimonio (INPC) y el Ministerio de Cultura y Patrimonio.

Según Mónica Quezada, directora regional del Instituto Nacional de Patrimonio (INPC), zona 6, durante este período se ha trabajado en investigación e implementación en territorio de proyecto. Una de las primeras investigaciones que se trabajó fue el estudio socioeconómico de la economía de las toquilleras.

Dicho estudio se focalizó en la economía y el tejido social de la paja toquilla. Por medio de este se trabajó en la cadena de valor de la actividad que empieza con su siembra, concentrada en zonas tropicales, y tiene continuidad en la cosecha, la obtención de la materia prima, tejido y venta del producto.

En el marco de las celebraciones por los 2 años de declaratoria patrimonial se realizaron varios actos conmemorativos, en los que el Estado y las artesanas del sector definieron aspectos por trabajar.  

En Cuenca, autoridades del Ministerio de Cultura y Patrimonio y el INPC dialogaron con las representantes de las 12 asociaciones que trabajan en la zona del Austro en el tejido del sombrero de paja toquilla.

Elizabeth Rohn, funcionaria del Ministerio de Cultura y Patrimonio, indicó que el Estado está enfrentando varios retos para posicionar al sombrero como una identidad ecuatoriana en el mundo, “borrando el imaginario internacional la falsa marca del Panamá Hat”.

Noemí Portilla, representante de las ‘Toquilleras María Auxiliadora’ que trabajan en el cantón Sígsig, provincia del Azuay, calificó como ‘una cultura y tradición la elaboración del sombrero’, pero también hizo un llamado a las autoridades para que el mismo, “no sea solo un encuentro más por el aniversario, sino que sea atendido durante todos los días del año”.

Por otro lado, el INPC en su regional Costa, realizó un programa en el Centro de Procesamiento de la comuna Dos Mangas, uno de los principales lugares de cultivo de la paja toquilla de la provincia de Santa Elena.

Este curso contó con la participación de artesanas de las comunas Barcelona, Febres Cordero, Río Seco y Dos Mangas. Durante la actividad, los expertos en el tejido tipo crochet fino compartieron sus habilidades y resaltaron la importancia de su continuidad con este tipo de actividades.