A través de su trabajo literario Olga Tokarczuk ha sido considerada como extrema feminista y activista política de derechos ambientales. Pese a que nació en la antigua Unión Soviética, ella  siempre ha criticado la propaganda y la imposibilidad de crear libremente bajo el yugo socialista. Obras como En los libros de Jacab conllevaron a que la persiga la ultraderecha, por lo que debió contratar guardaespaldas para protegerse.

Mientras estudiaba psicología mantuvo un trabajo como empleada de limpieza en un hotel de Londres. Luego entró a una clínica mental de Breslavia. Desde estas experiencias ha configurado una parte de su narrativa.

El viaje de los hombres del libro (1993) se escribió durante los días en que regresaba a casa del psiquiátrico o en sus cambios de turnos, donde aprovechaba para escribir una historia ambientada en el siglo XVII, en Francia y España que cuenta la  historia de un libro que hablaba de las hermandades secretas de París.

“Muestra su compromiso con la defensa de los animales y analiza las contradicciones del ser humano, con un sorprendente final”, dice Ofelia Grande, directora de la editorial Siruela, cuando Tokarczuk publicó Sobre los huesos de los muertos (2016).

Esta obra hizo que la cineasta polaca Agnieszka encontrara  una historia para el cine, lanzada a salas con el título de El rastro. Una trama que destaca la lucha de Janina Duszejko y que muestra la complejidad del ser humano y las contradicciones que habitan en el fondo de su alma.

Tokarczuk ha escrito 8 novelas y varios ensayos. Es seguidora de la psicología analítica de Carl Jung, ha logrado hilar muchas escenas bajo su pensamiento. Pero también ha sido admiradora del  género de suspenso. Es seguidora de Edgar Allan Poe, como de los cuentos de Anton Chéjov y de la narrativa de Thomas Mann.

Después de ser perseguida y criticada, la Academia Sueca le ha entregado un Nobel.

La escritura desde la experiencia materna
A los 29 años su madre se suicidó y él se dedicó a escribir. Al siguiente año, en 1972, salió su primer libro, Desgracia Impeorable.

En esta publicación Peter Handke recorre los espacios más recónditos de su memoria  para construir su recuerdo y reflexionar sobre la tarea del escritor.

Se dice que su obra ha estado marcada precisamente por la experiencia materna. De ella aprendió el esloveno, su origen materno, que viene de una población empobrecida de Austria, y sobre ese escenario volvió una y otra vez en sus escritos.

Desgracia Impeorable es considerado el libro más desolador de su obra literaria. Fue escrito en solo 100 páginas, en primera persona, y a ratos confunde al narrador con el autor.

“Nadie vio que esa no era en absoluto la historia de mi madre... Yo no sabía nada de mi madre, tuve un poquito de instinto y presentimiento…”, relató en una conversación con el crítico Herbert Gamper.

En 2019, Handke, ya habría perdido las esperanzas de ganar un Nobel de Literatura cuando la Academia sueca lo sorprendió este 2019. El veredicto resalta su “obra influyente que con ingenio lingüístico ha explorado la periferia y la especificidad de la experiencia humana”.

“Handke se ha asentado como uno de los escritores más influyentes de Europa después de la Segunda Guerra Mundial”, agrega la Academia Sueca, que además reconoce al escritor, autor de teatro, novela, poesía y ensayo, guionista y director de cine.

Handke, radicado en Francia y quien también estudió abogacía, es considerado uno de los escritores en lengua alemana más originales y exitosos de la segunda mitad del siglo XX y el Nobel le hace justicia.

Lo han llamado “el eterno provocador” por su postura contracorriente, en particular por la polémica desatada en las guerras de los Balcanes en los años 1990.

Su primera obra “escandalizadora” fue Insultos al público. Allí cuatro actores analizan la naturaleza del teatro y se dedican a insultar al público y a elogiar su propia actuación. (I)