“Toda canción puede llegar a convertirse en una pintura”
Comenzó a los seis años de edad, cuando su madre la inscribió en un curso de pintura, y desde entonces no ha podido ni querido parar.
Diecisiete años después, la niña que intervenía con pintura las paredes de su hogar, es hoy una destacada artista con una interesante obra en expansión.
Noy Balda nació en Ecuador, pero desde los catorce años vive en Chicago, y pese a que siempre estuvo ligada a los colores de su tierra, fue en el país del norte donde supo que la pintura era su elemento vital, y que no podría dedicarse a otra cosa que no fuera el arte.
En la actualidad, la joven artista cursa estudios en Artes Plásticas en la Universidad de Chicago, pero su obra ya ha sido expuesta en diversos eventos como exposiciones colectivas, pintura en vivo y galerías.
Esta es la primera vez que Noy expone en Ecuador, y su debut se lleva a cabo en una de las salas del Palacio de Carondelet, luego de que el mismo presidente de la República, Rafael Correa, la invitara a exhibir su obra.
¿Pero cómo se dio el contacto entre el Presidente y la artista?
“Yo le mandé un cuadro mío, de regalo, porque me encantaba saber que aquí en el Palacio periódicamente se expone arte. Una vez que vine, vi que se exhibía una serie de regalos, algunos muy lujosos. Yo me dije ‘bueno, no tengo oro, pero pinto. Así que sería lindo que él tuviera uno de mis cuadros’. Y así fue.”
La exposición ocupa el segundo piso de la Presidencia. Algunos cuadros se observan ya en el pasillo. Títulos como “Donde cae el sol”, “Cosecha verde”, “Recogedor de rosas” o “Patas de piquero” hacen alusión a Ecuador.
Adentro, sobre las paredes del salón de banquetes, se exhibe el resto de cuadros, más intimistas y abstractos. “Reflejo de media noche”, “Sueños de luna” y “Composición azul” son algunos de los títulos.
Impresionismo abstracto
Noy utiliza acrílico con mucha textura, combinando técnicas que solo se consiguen con óleo. Optó por denominar su estilo como “Impresionismo abstracto”.
“Lo llamo así porque el impresionismo es el estudio de los colores con la luz y la técnica son pinceladas supergruesas. Todos mis pintores favoritos son impresionistas (Monet, Van Gogh), y cuando se trata de dibujos, personas o escenas de la vida diaria, Edgar Degas me encanta. Así que la técnica de ellos traté de mezclarla con los abstractos”.
La música es otro elemento vital en su obra. Es a partir de ella que obtiene sus pinturas. Noy cree que la música se puede representar en una imagen, que cada nota musical es una pincelada y tiene un color, y que una canción se puede convertir en pintura. “La música siempre me relaja, logra meterme en un estado donde no me doy cuenta del tiempo y pinto hasta que han pasado horas y he terminado un cuadro”.
Rituales creativos
En mayor o menor medida, los artistas suelen tener sus propios rituales a la hora de crear. Desde aquellos muy básicos como cerrar completamente las cortinas, hasta los más excéntricos. Los de Noy, básicamente, son la música, el café y el vino. “Estos dos últimos nunca juntos”, dice riendo. “Me gusta crear un ambiente propicio. Escucho bastante jazz y blues, porque viviendo en Chicago empecé a conocer mucha gente que toca estos géneros. Luego mis amigos me empezaron a invitar a sus conciertos. Al principio asistía y los filmaba, luego empecé a pintar e incluso a crear cosas en conjunto. Por ejemplo, a una amiga que canta, yo le pintaba algún diseño abstracto en el rostro en cada show. En el lanzamiento del disco de otra yo pinté en vivo. La gente quedó sorprendida y para mí fue una experiencia increíble. De ese concierto nació el cuadro “Luces brillantes”.
Perspectivas
A pesar de que Noy piensa seguir viviendo en Chicago, su mayor deseo es poder venir más seguido a compartir su arte en Ecuador. Ella siente que en la actualidad hay mayor interés por apoyar el arte y eso la motiva. “Conozco mucha gente con un talento increíble, que pinta cosas que ni yo puedo pintar y que, lamentablemente, no pueden dedicarse a eso porque, dicen, necesitan conseguirse un trabajo de verdad, algo que les pague un sueldo fijo y por eso paran de pintar, limitándose solo a pequeños tiempos libres. Y es una pena porque a veces pierden la práctica y, peor aún: la pasión.
“Creo que se ha avanzado mucho, pero aún falta. Lo que me gusta de allá, por ejemplo, es que muchos artistas jóvenes, o que aún son desconocidos, tienen muchas oportunidades para dar a conocer su arte. Se van a una galería o a un evento colectivo y ya. En cambio, aquí hay muchas galerías que primero te exigen una hoja de vida: dónde has expuesto, con quién, etc. Entonces los famosos se siguen haciendo famosos. Y más allá de ese concepto se trata de dar oportunidad a la mayor parte de artistas”.
La muestra estará abierta al público hasta el 22 de noviembre. La entrada es gratuita.