La partida de Theo Constante, sucedida el domingo, marca el final de uno de los pintores más conocidos de la escena del arte guayaquileño. Además, fue el autor de esculturas y murales que pueden verse a lo largo de la ciudad.

Nacido en Guayaquil el 10 de abril de 1934, el pintor acababa de cumplir los 80 años cuando se produjo su fallecimiento, el domingo. Había sido ingresado el sábado a la clínica Guayaquil por una neumonía. Pero la salud del artista, quien sufría de alzhéimer, ya estaba aquejada por un cáncer de hígado.

Cuando se habla del pintor, escultor y muralista Theo Constante, es usual que su nombre vaya acompañado de la palabra ‘maestro’.

No es casual: por años fue profesor en la Academia (hoy Colegio) de Bellas Artes, donde inició en la década de 1960, cuando el director era Alfredo Palacio, artista ecuatoriano al que admiraba, junto a Eduardo Kingman y Oswaldo Guayasamín.

Artistas de distintas generaciones fueron alumnos suyos, tanto en el Bellas Artes como en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil. Entre ellos se encuentran algunos como el director de Robin Echanique, Roosevelt Cruz, Abdón Calderón Morales, José Loor o Raúl Lino Coronel, quien llegó a desempeñarse como director de arte de revista Vistazo.

Iván Paredes, quien fuera discípulo de Theo Constante -primero en el Bellas Artes y luego en su taller artístico-, destaca la capacidad expresiva del artista. “Tenía la virtud de transmitir lo que pensaba, lo que hacía y lo que era, al punto de que sus palabras, sus pensamientos y su obra parecían manifestarse al unísono”. Además, afirma que el genio estético de Constante era evidente, incluso, desde su caligrafía al escribir en la pizarra.

Su capacidad expresiva era tal -dice Paredes- que hubo una época en la que Constante, fiel al movimiento informalista abstracto ecuatoriano, dejó de titular sus obras, y las llamaba simplemente ‘Formas’.

Era un pintor de oficio, pero también de herencia, pues su padre, Teobaldo Constante García, también ejercía como pintor. Tal como heredó su interés por la pintura a través de su padre, el artista supo transmitírselo a su hija Hellen Constante, con quien expuso en la muestra ‘Juntos’ de 2010. “Hellen ejerce la pintura con su estética propia”, asegura María Antonieta Jaramillo, viuda del pintor.

Jaramillo indica que el maestro, conocido por sus pinturas, colaboró también como escultor y muralista a darle identidad a la ciudad.

Constante es el autor de un mural ubicado en la esquina de Antepara y 9 de Octubre, sobre un edificio esquinero que pertenecía al Museo Antropológico del Banco Central, que posteriormente pasó a formar parte de la Función Judicial.

Ahí destaca la figura de un imponente Rumiñahui con los brazos abiertos en señal de combate. “El mural cuenta la historia de la resistencia indígena”, explica Jaramillo sobre la obra de casi 30 años que fue restaurada en 2007 por otro ex alumno de Constante, José Loor.

Otros murales suyos distribuidos por la ciudad son: el del auditorio del colegio Vicente Rocafuerte, donde también fue docente; y el del tumbado de la Casona Universitaria, realizado junto a su alumno Iván Paredes, quien ejecutó -además- un proyecto de mural de Constante en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil, donde por años el maestro dictó cátedras relacionadas al dibujo artístico.

Es autor de bustos de personajes como Alberto Borges, el expresidente Camilo Ponce Enríquez y monumentos al cantante Julio Jaramillo y el marchista Jefferson Pérez.

Ganador del Salón de Julio en 5 ocasiones y de la primera edición de la Bienal de Artes de Quito en 1967, Constante ganó el Premio Nacional Eugenio Espejo, que entrega la Presidencia de la República, por su contribución a las artes plásticas.

Theo Constante será enterrado hoy, a las 10:45, en el camposanto Parque de la Paz. A las 10:00 se realizará una misa en su honor.

DATOS

Nació en Guayaquil el 10 de abril de 1934.

En 2005 fue reconocido con el Premio Nacional Eugenio Espejo, que entrega la Presidencia de la República, por su contribución a las artes plásticas en Ecuador.

Ganó las ediciones del Salón de Julio de 1960, 1961, 1962, 1963, 1964.

Era parte del movimiento informalista abstracto en el país.

Sus hijas Hellen y Lorena Constante publicaron en 2011 el libro Theo, retrato de un artista, que hace un recorrido por las diferentes etapas de su producción artística.

Ha expuesto en muestras individuales y colectivas en Guayaquil, Quito, Lima, Cali, Miami, Nueva York, Madrid y Sao Paulo.