CON UN CONCIERTO DE UNA HORA Y 40 MINUTOS el grupo mostró los orígenes de laS TRADICIONALES MELODÍAS LATINOAMERICANAS
Tembembe entona música sacra a su estilo (Galería)
Como parte del XIV Festival Internacional de Música Sacra, el jueves pasado se llevó a cabo la presentación del grupo mexicano Tembembe Ensamble Continuo.
La llovizna en Quito no impidió que quienes gustan de la música sacra se citaran en la Iglesia de la Compañía. Con el auditorio lleno, a las 19:30, Tembembe entró al escenario con 3 invitados.
Seis músicos y cantantes, iluminados del reflejo dorado del decorado propio de las altas paredes del lugar, se ubicaron frente al altar. Los delicados sonidos de la guitarra barroca, que concentraron la atención de los asistentes, iniciaron el concierto.
El silencio se rompió con la potente voz de Adelaida Coronel, quien, con un vestido tradicional mexicano de color amarillo, alegraba al público con sus pequeños pasos al ritmo de la música.
Se trataba de la canción ‘La Jota’, del músico Santiago de Murcia (1673-1739) considerado como el último gran exponente de la guitarra española barroca, junto con el tradicional jarocho ‘María Chuchena’, un ritmo propio del este de México, cuyo origen se remonta a la época de la colonia, de ahí su mezcla de elementos africanos, españoles e indígenas.
Después llegó la canción ‘Villanos’, del mismo escritor, junto con ‘El Guapo’, asimismo un jarocho tradicional. Los micrófonos, que se mantenían a un metro de distancia de los cantantes y músicos, no fueron necesarios pues las voces y el sonido de los instrumentos daban altos y bajos lo suficientemente potentes para que los asistentes del fondo lograran apreciarlos.
Llegó el turno de la cantante Ana María Ulloa. Su traje negro, que incluía una falda plegada con pequeñas flores coloridas, no pasó desapercibido. Su voz aguda sorprendió al público cuando cantó ‘No piense Menguilla ya’, del compositor español José Marín (1618-1699). En esta ocasión el arpa llanera le dio la entrada.
Invitaron al escenario a Johnny García, quien con su rondador los acompañó en un ensamble. A su entrada, hizo un solo que mantuvo las miradas no solo del público, sino de todo el grupo, quienes -casi sin parpadear- lo observaron con gran admiración. El sonido que resultaba de la combinación de los instrumentos fue perfecto, pese a que se rompió una cuerda de la guitarra de uno de los integrantes.
Durante la presentación hubo muchas sorpresas. En un momento, el músico que acompañaba con las maracas al arpa se puso de pie, regresó a ver al altar, con maraca en mano y sin perder el ritmo, se santiguó. La Iglesia se llenó de risas y aplausos de los devotos asistentes.
El mismo alegró al público con algunas de sus coplas: “Ya me voy con mi mosquito, antes de que desfallezca, quiero echarme una fanesca y bendito sea Quito”.
Para Rubén Santacruz, uno de los asistentes, Tembembe es un grupo muy especial porque logró “un sincretismo del folclore mexicano” con la música sacra donde resalta la voz de la mujer.
El auditorio se puso de pie para aplaudir y despedir al grupo, el cual en una primera ocasión tuvo que regresar a petición del público.