Tarimiat, poesía desde la cosmovisión shuar
Después de recorrer escenarios del mundo llevando su poesía en shuar, su idioma nativo, María Clara Sharupi, publicó su primer libro. Hacerlo rondó por su mente durante siete años y ahora sale con la editorial Abya Yala.
Se trata de un intento por recopilar una tradición oral “de boca a oído”, donde trasciende la poesía amazónica desde la cosmovisión shuar. Su ventaja, dice, está en haberse criado en la selva con sus padres, recibiendo ese acervo cultural que hoy derrama en estas páginas.
Los versos aparecen en el idioma de su nacionalidad y también en español. “Es para decir: observa la lengua antes de leer el castellano; por lo menos asume el reto de leer y descubrir qué está aquí en shuar chicham”, dice su autora.
“Tarimiat cuenta mucho sobre las imágenes también que fueron de los años 60 y 70 que se dieron en la comunidad, donde se fueron a vivir mis padres en la época de los caucheros”, describe Sharupi.
En los poemas están contenidos los mensajes de sus ancestros, de las flores y los animales, en un esfuerzo por rescatar el poder de la palabra de un conglomerado donde ha predominado la oralidad. “Nosotros somos básicamente orales”, asegura.
Este compendio es una construcción poética sobre la base de una investigación etnográfica que realizó la autora y en la cual, además de recuperar fotografías, desvela elementos históricos de una ancestralidad.
El libro recoge algunos detalles como: ¿por qué el río de su comunidad se llamó Tristeza? o ¿en qué circunstancias murieron los colonos que llegaron a alterar la vida cotidiana de los shuar con la denominada civilización? También, según Sharupi, dice mucho de las criaturas milenarias y de los amantes y habla de Arutam, el dios de los dioses en su cosmogonía, a la vez que rescata el poder de la palabra “que antes importaba mucho”.
“Tarimiat habla de cómo nos hemos vestido de miedo en el transcurso del tiempo, de cómo reímos con los dientes apretados y nos han arrinconado, nos han moldeado, nos han dado formas de vivir a través de conceptos”, dice la poeta.
Los poemas son como plegarias, como antes, cuando para todo había un ritual de cantos de las abuelas al amor universal.
Recuerda que para lograr un objetivo, los shuar cantaban y todo era un poema, por ejemplo, “para que el hijo no sea desobediente, para saber si el esposo viajó, si está con otra mujer, o si va a retornar a la casa”.
María Clara llegó a la poesía de forma casual, aunque hace mucho tiempo estaba queriendo escribir. En 2010, Bolivia indagaba sobre nombres de mujeres escritoras de nacionalidades ancestrales y Ecuador no registraba datos, por lo que el Ministerio de Cultura convocó a las mujeres indígenas a presentar sus textos.
“Nos autoconvocamos las mujeres indígenas de distintas nacionalidades y allí escribimos la primera antología titulada Amanece en nuestras vidas. Después hablamos de convocar a una antología a nivel latinoamericano y salió Collar de historias y lunas”, señala.
Después muchas continuaron el camino y descubrieron el arte que guardaban. En su caso, le ayudó a iniciar con fuerza y a escribir con responsabilidad su indignación ante la ausencia de apoyo del Estado a las escritoras nativas. Ella resaltanombres de Ariruma Kowi; Raquel Antún; Gladys Potosí, Yana Lema y Sarawi Andrango.
Le sigue preocupando que en Ecuador se valore en demasía al artista extranjero. “Se lee muchas novelas de Paulo Coelho y de otros países pero de nosotros no. ¿Somos vacíos, cómo así, por qué y de cuándo acá, si aquí también hay mujeres artistas?”, reclama.
Esa circunstancia la invitó a ser mejor, a pulirse y a descubrir la estética que encierra la transmisión oral. Ella se siente una aprendiz de este oficio en el que “el poeta es universo y también la Madre Tierra, con sus criaturas milenarias”.
Mucho tiempo le tomó esta búsqueda que la llevó a leer bastante a escritoras y en especial a intercambiar con sus hermanas indígenas y con mujeres que estaban en este camino, para encontrar el modo de trascender al mundo occidental.
Cabalgó con aquellos primeros versos a cuestas en festivales internacionales en Europa y América Latina, con su traje típico y su cabellera negra lacia por debajo de los hombros. Lo hacía mientras tenía compromisos, como culminar la universidad y asumir sus tareas maternales.
Este libro es su contribución, desde Ecuador, al Año Internacional de las Lenguas Indígenas, declarado por la Unesco y sobre el cual tiene sus cuestionamientos al señalar que “fue un proyecto muy grande, pero no nos acompañaron” y por su eso su preocupación porque fuera publicado en 2019.
Teme que se pierda la oralidad de pueblos nativos, como la cultura Mayo-Chinchipe-Marañón, que existió en la cuenca alta del río Amazonas. En particular menciona que los representantes de los pueblos y nacionalidades originarios ya no están hablando su idioma. Por eso se empeñó en que acompañando a su poesía, apareciera en esta edición un glosario de términos shuar y fotografías que fueron recuperadas, por lo que considera que más que un libro de poesía, es una investigación etnográfica.
Si de algo se congratula es de que “estos poemas no nacieron en las universidades de élite, no nacieron en Estados Unidos, no nacieron en la ONU. Estos poemas nacieron en nuestra tierra ecuatoriana, en nuestra selva, en la mirada de ustedes”.
Sin embargo, ha encontrado respuesta y acompañamiento después del conflicto político que se vivió recientemente en Ecuador.
La gente está apasionada por leer otro tiempo y escuchar los saberes de estas comunidades, una invitación que hace desde Tarimiat.
Otros libros están en camino tras este primer gran impulso, ya que de modo paralelo comenzó a escribir cuentos y leyendas y a recopilar cantos rituales de sanación en el proyecto denominado Casa de la Palabra. Ahí también estará incluida su primera novela, a la que piensa titular Cerbatana y Curare.
María Clara Sharupi Jua también fue coautora de textos como Diálogo, My Voice, Collar de Historias y Lunas y Amanece en nuestras vidas. Fue nominada a Mujer del año en literatura, por la Revista Hogar y al festival de cine Kinkiyari, con autobiografía de la poeta. Ha sido miembro de la dirigencia en su comunidad y responsable desde la Cancillería de los temas binacionales Ecuador-Perú, Ecuador-Colombia para los pueblos y nacionalidades. (I)