El spondylus símbolo cultural que une el pasado con el presente
El spondylus guarda una historia de gran importancia en las poblaciones con raíces en el Ecuador prehispánico. Es una expresión de nuestra memoria, identidad y diversidad cultural que permanece conectada con el presente de diversas comunidades.
El molusco bivalvo, de la familia Spondylidae, propio de las aguas del océano Pacífico, se caracteriza por sus vistosos rayos que resaltan en medio de su llamativa coloración –en tonos de amarillo, naranja, rojo y morado–, que contrasta con el blanco de su interior, según una publicación de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Su sólida concha, sus espinas exteriores y su coloración. Su color va desde el blanco hasta el púrpura intenso. Era el “oro rojo” de los incas. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
En el Museo Antropológico de Arte Contemporáneo (MAAC) se exponen collares, aretes, máscaras y otras piezas prehispánicas elaboradas con las conchas, que son parte de la Sala Permanente de Arqueología de la institución, denominada Los 10.000 años del antiguo Ecuador.
Pablo Izurieta, guía mediador del MAAC, explica el uso y la importancia que tenía el molusco para las antiguas culturas. “Desde un principio existió el trueque como un sistema de intercambio de productos, pero con el paso del tiempo, y cuando estas culturas se dirigen a distancias más lejanas por el océano, surge la necesidad de adoptar algo que sirva como una especie de moneda o divisa y así fue como se adoptó la concha spondylus”.
Pablo Izurieta, guía mediador, explica la importancia del uso del spondylus por parte de las culturas antiguas. Foto: Miguel Castro
Lo que la hacía valiosa, más que las perlas de su interior, era la mezcla de sus tonos, mucho más atractivos que el oro y la plata que tienen colores uniformes. Su valor también era medido por la complejidad para obtenerlo. Debían sumergirse hasta 26 metros de profundidad en el mar para extraerlo.
“Su carne se la ofrecían a los dioses y la concha servía en todos los mercados regionales de la América precolombina, desde México hasta Chile”, añade Izurieta.
De hecho, los manteños-huancavilcas llegaron en grandes barcos hasta el golfo de lo que hoy es California. El spondylus era sagrado para todas los culturas. Los aborígenes elaboraban con la concha desde las famosas figurinas de Valdivia hasta una máscara de ritual funerario.
“Los valdivia eran muy perfeccionistas en su trabajo y para hacer los orificios de los ojos en las máscaras usaban rocas muy duras y pulían los alrededores”, comenta el guía mediador del MAAC.
También confeccionaban los denominados aretes expansores y collares para personalidades relevantes de la aldea, como caciques, chamanes o grandes guerreros. Son evidencias que pueden observarse en la muestra del Museo Antropológico de Arte Contemporáneo.
La muestra destaca la relevancia de la concha entre los navegantes que la adoptaron como una especie de moneda. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
El spondylus fue considerado un símbolo de gran importancia para las culturas asentadas en el Pacífico Suramericano. Tuvo un proceso de reconstrucción que permitió crear un vínculo entre diferentes regiones, señala una investigación de diciembre de 2018 publicada por la revista Interciencia.
Su color rojo anaranjado también ha sido vinculado “al poder de la sangre y a la vitalidad de las élites”. Su simbología se ha asociado a rituales de purificación, explican los investigadores César Lodeiros, Jonathan Santana, Antonio Jaramillo, Gaspar Soria y Jorge Marcos.
En la península de Santa Elena, el spondylus era usado como objeto simbólico (ca. 2900-2600 a.C.). Las evidencias más antiguas se remontan al sitio arqueológico del Real Alto de la Cultura Valdivia, reseña el Ministerio de Turismo. En Salango, poblado ancestral del sur de Manabí, se encontraron conchas completas y fragmentos.
Con la conquista española el molusco perdió su importancia y resurgió en el siglo pasado con motivos gastronómicos y su concha para la elaboración de joyería.
Actualmente el spondylus es un elemento identitario de los pueblos sudamericanos, especialmente en Ecuador y Perú, y constituye un símbolo de las conexiones tangibles que mantienen las comunidades actuales con su pasado prehistórico y particularmente prehispánico. (I)