El guitarrista angloamericano llevaba a la criatura del doctor Frankenstein sobre una motocicleta estampada en su camiseta negra. Sus rizos se escapaban de un sombrero de lana y las gafas negras, de las que parece no separarse nunca, conformaban su estética de roquero duro, con los brazos tatuados y esclavas de plata en las muñecas.

Slash había llegado a Quito luego de esperar 3 horas a que el mal clima de ayer le permitiera volar. Esa espera, en el aeropuerto guayaquileño José Joaquín de Olmedo, y el abrupto cambio de temperatura o la altura no hicieron que se separara de su Gigbson Les Paul, la cual llevaba en la mano izquierda, dentro de su estuche café al arribar al Mariscal Sucre, en Tababela.

Eran las 19:30 de anoche y un púñado de seguidores ya sumaban 10 horas para que el rock star les diera un autógrafo, en la sala de espera, también con sus instrumentos en mano o un par de discos de Guns N Roses con los que empezaron a escuchar hard rock en épocas de adolescencia.

La llegada de Myles Kennedy and the Conspirators al hotel Hilton Colón también tuvo a un grupo de seguidores dándoles la bienvenida. Slash ofreció una rueda de prensa emotiva, en la que fue el único protagonista luego de la alocución de Lachard, la agrupación que abrirá su concierto de esta noche.

“Es una alegría conocer a mucha gente en los lugares nuevos a los que llego”, dijo con un tono de voz que apenas delataba su cansancio. El encuentro que mantuvo con la prensa nacional fue una novedad en su gira, pues hace pocos días, en Lima, Perú, descartó una entrevista televisada luego de que un reportero quisiera abordarlo con preguntas sobre la banda que dio forma junto al cantante Axl Rose y que grabara clásicos indiscutibles, como los contenidos en Apetite for destruction, de 1987, y cuya ilustración de portada fue censurada -finalmente cambió por la cruz que sostiene a los 5 rostros cadavéricos que integraban la banda de las rosas y las pistolas-.

Aunque a Saul Hudson, Slash, no le hace gracia hablar de épocas pesadas, cosa casi innecesaria frente a su nueva propuesta, y a lo que logró con Velvet Revolver y Snakepit, unas rosas rojas sí aparecieron la noche de su llegada a la capital, ciudad a la que planea volver “como turista”, según dijo. Una niña le regaló un ramo y provocó su sonrisa con una muestra de afecto.

El presente se sumó a los apretones de mano y felicitaciones previas al concierto que ha generado muchas expectativas entre sus asistentes. La puertas del ágora de la Casa de la Cultura se abrirán a las 18:00 de hoy. Las localidades disponibles tienen un valor de $59 (general), $84 (preferencia) y $119 (Vip) y se pueden adquirir en todos los puntos de venta de Ticketshow de Quito y Guayaquil. Desde las 14:00 las entredas se venderán en las boleterías del ágora.

Lachard saldrá a escena a las 21:00, después de que Santiago Silva les envió a los productores del guitarrista estelar una carpeta con el material discográfico de su grupo (más fotografías, videos y una breve biografía), el caul tuvo un trimestre de concentración a fin de componer y ensayar la presentación de sus temas, entre los cuales habrá “sorpresas” como la interpretación de clásicos de otras bandas, incluidos algunos cortes de Viuda Negra, el grupo de hard rock en el que Silva empuñó los micrófonos hasta 2010.

El cantante quiteño dijo, en entrevista con este diario, que “la idea de tener una banda es satisfacerse uno y satisfacer a la egente. Todos crecimos con esta música y, entonces, el rendirle culto, sin dedicarse exclusivamente a tocar covers, hacemos un tributo. Algo que hacen todas las bandas del mundo, bandas tan grandes como Guns o Bon Jovi han hecho lo mismo. Algo que se va a ver también esta noche”.

Los riffs y solos de Slash se escucharán en el ágora (Video-Galería) http://goo.gl/GBKfnZ