Publicidad

Ecuador, 02 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Cuatro artistas y gestores locales empezaron a pintar después del terremoto del 16 de abril

Seis murales en Bahía marcan un acuerdo para la reconstrucción

Incluyen frases de ánimo, figuras de la provincia en una técnica que combina el muralismo con el grafiti.
Incluyen frases de ánimo, figuras de la provincia en una técnica que combina el muralismo con el grafiti.
Cortesía
12 de mayo de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

El terremoto no ha parado para nosotros, dice Sixtina Ureta, desde Bahía de Caráquez, donde todos los días, como en las demás zonas afectadas tras el sismo del 16 de abril, se siguen derrumbando casas en peligro. La maquinaria que recoge los escombros recorre la ciudad, mientras ella, junto a Ariana Andrade, Javier Santacruz, Marvin Parrales y, en algunos casos, Ivo Uquillas, pintan sobre las ruinas.

Hace dos años iniciaron ‘Pintando Manabí’, proyecto en el que trabajaron distintos murales en Charapotó, Portoviejo, Puerto López, Pedernales, Jipijapa. A la gente de la playa le gustó tanto que avanzaron hasta Santa Elena. Los murales de entonces buscaban establecer nexos de identidad con las culturas ancestrales.

Una semana después del terremoto, el panorama les parecía abrumador. Sentían cómo el ruido de las máquinas deprimía a la gente que sobrevivió. Dudaron volver a pintar en medio de la sensación de que la tierra seguía temblando, pero decidieron arriesgarse y continuaron con su labor artística.

Llevan seis murales intervenidos en lugares que, en la mayoría de los casos, volverán a ser reconstruidos: en la pared que quedó de una casa demolida, en la cisterna que sobrevivió al derrumbe, en lo que fue un baño. Su trabajo es transitorio, pero eso es lo de menos. “Lo importante para nosotros es que la gente se reactive emocionalmente. La reconstrucción no solo tiene que ser económica. Sabemos que las culturas y las artes influyen en la construcción de los pueblos. Lo que pintamos se va a reemplazar tarde o temprano, pero hay que darle a la gente algo positivo, no dejarse caer en la tristeza”, dice Sixtina. Su compañero Javier Santacruz agrega: “No importa si acabo de pintar y viene una máquina, lo importante es lo que logramos cuando las personas pasaron por un mural”.

Desde que iniciaron ‘Pintando Manabí’ la idea siempre fue generar un impacto dentro de la comunidad desde la cultura. Al hacerlo sobre las ruinas esperan, al menos, lograr cinco minutos de distracción para la gente. “Una forma de despistarse del dolor”, dice Santacruz.

Trabajan con spray y pintura acrílica. Hacen una fusión entre grafiti y muralismo artístico. La labor, antes que apuntar a la planificación, les ha resultado espontánea. Inician a las 9 de la mañana y, dependiendo del tamaño del mural, culminan por la tarde, casi al llegar la noche, a veces cuando ya no hay luz. “En un inicio teníamos en mente hacer frases, un paisaje, pero muchos de los murales que hemos realizado nacen en el momento. Sixtina dibuja rostros de mujeres para recalcar la fuerza que han tenido en la sociedad y que, muchas veces, ha sido ninguneada. Yo con el grafiti le doy el toque más pop a la pared con algunas frases. Marvin es más versátil, dibuja muchas más cosas. Siempre empezamos en distinto orden y, de allí, algo sale”, dice Javier.

Su trabajo está en lugares donde no quedan vecinos, pero la gente pasa y se toma fotos con ellos. El lunes regresaron al primer mural, al punto de partida. Unos señores mayores que vivieron allí les preguntaron a quién le habían pagado para pintarlo, cuando supieron que habían sido ellos lo agradecieron con un abrazo. “Nos fuimos y cuando regresamos ya estaba esto bonito aquí”, dijo uno de ellos.

La gente regresa y se encuentra con que no todo está destrozado. Los transeúntes paran a reafirmar con una foto las frases de un acuerdo común: ‘Bahía eterna, la música de tu mar nunca morirá’, ‘Bahía renace’, ‘Fuerza Bahía’, y ‘Fuerza Manabí’.

Cuando quedan vecinos en el lugar, se integran. La semana pasada, mientras pintaban un mural en San Roque, los niños del albergue cercano salieron a darle fondo a la pared, mientras otras personas les ofrecieron comida. Mañana pintarán uno nuevo. La gente los busca para ofrecerles las paredes que quedan, para contribuir con la reconstrucción. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media