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Ecuador, 28 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Sector público y privado se unen por música chola

Todo empezó como parte de una gira del investigador, lutier y músico Schuberth Ganchozo y su Bambú Ensamble, con cantos montubios, por los espacios de la Dirección Cultural Guayaquil del Ministerio de Cultura, cuando en junio de 2011 tocaron en el Museo Amantes de Sumpa de Santa Elena.

Al terminar, habitantes de la zona litoralense –investigadores, intelectuales, gente de arte- le pidieron, además de felicitarlo por la orquesta de bambúes y la música montubia, comenzar un estudio sobre la música peninsular, la   chola, la de los Guancavilcas, ya que incluso el arqueólogo Erick López había iniciado investigaciones en el campo de la mitología, de las tradiciones orales de la península.

“Es una provincia joven, que  tiene muchas investigaciones en el campo arqueológico, pero casi nulas en el campo de la estética, de la música, de la danza y de la plástica contemporánea”, explica Ganchozo, quien  el año pasado vislumbró un camino por donde seguir las investigaciones de arqueomúsica y etnomúsica de la Costa ecuatoriana, que había comenzado antes y había parado por las limitaciones de tipo tecnológico.

Con modernos libros de investigaciones de arqueomúsica y etnomúsica y  modelos científicos para reinterpretar y refuncionalizar la música de las culturas antiguas, provenientes de Europa, se decidió por los Guancavilcas porque arqueológicamente está demostrada la continuidad desde los trabajos de Silvia Álvarez y Jorge Marcos, a la cabeza de los equipos de antropólogos y arqueólogos relacionados con  proyectos que todavía subsisten en la península de Santa Elena.

En enero de este año se sumó el ITAE, a través de la carrera de Producción de sonido y música, para que la investigación actual, a diferencia de la que el grupo Ganchozo  desarrolló sobre la era de la caña y el bambú, no tome tanto tiempo -no más de un año- en dar resultados para aplicarla en la formación de una orquesta de barro.

El instituto es el centro de la investigación, porque a quienes lo conforman les interesa producir un documento científico en el que se sostenga por las evidencias  la continuidad musical en la cultura Guancavilca;  por ello apoyan en la parte logística, en la utilización de computadoras y laboratorios de sonido para que a la vez dos o tres equipos, formados por dos o tres estudiantes, arranquen su temporada de campo desde esta semana registrando la fiesta de las cruces -serán horas de pasantía para los estudiantes y una oportunidad para que se nutran de la investigación etnomusicológica de campo-.

El grupo Ganchozo financia con su propio contingente económico los viajes de investigación y la elaboración de prototipos de instrumentos de barro a cargo de artesanos de La Pila, Manabí, y alfareros de Samborondón, Guayas.
Con el emprendimiento privado, la  Fundación Garza Roja, existe asimismo  una “alianza de sangre”: comparten conocimientos, filosofías, trabajos conjuntos, como un museo próximo por inaugurarse.

La Fundación también les cede una sala de ensayos y de trabajo para la ya funcional “Macolla” Orquesta Máster de Bambú. La Dirección Cultural Guayaquil ha abierto las puertas de   los museos para que las investigaciones continúen en las bóvedas con el registro sonoro de los instrumentos musicales Guancavilcas; el Museo Amantes de Sumpa, un cementerio de 12.000 años, se corona como el emplazamiento donde   funcionará la orquesta de barro.

El cambio de escritura (de Huancavilca  a Guancavilca) responde a que  así lo escribían los primeros cronistas que llegaron a esas tierras, como Jerónimo Benzoni, luego Carlos Zevallos Menéndez, en todas sus obras.

El pasado viernes se presentó un  avance de la investigación en el Museo Amantes Sumpa para dejar  claro que son los intelectuales, artistas, autoridades y pueblo de Santa Elena -los herederos de la cultura, costumbres, tradiciones y saberes de los Guancavilcas-, los llamados a adueñarse de la investigación; a  fabricar los instrumentos –los artesanos en Dos Mangas, Chanduy, Pechiche- y tocar y componer la música chola –instrumentistas e intérpretes de Santa Elena y La Libertad– . Todo, en función de  que la música Guancavilca se fortalezca notablemente, ejecutada por la única orquesta de barro.

El pasado 24 de abril, en una conferencia de prensa, en el mismo Museo Amantes de Sumpa, los medios de Santa Elena mostraron su alegría por el proyecto del que habían conversado hace un año con Ganchozo, ahora convertido en realidad. Terminó todo en una conversación amena con un amigo investigador que estudia los aspectos marítimos de los Guancavilcas.

Ganchozo revela que en la primera etapa de la orquesta de barro -considerando que están en un   proceso de eras, la orquesta de bambú es la época de la caña- músicos populares, con su propio sistema de codificación, que tocan en grupos de salsa, tecnocumbia, música folclórica, serán capacitados por los músicos base de la orquesta, bajo la dirección de Ganchozo.

Se vendrá, entonces,  la consolidación del elenco y el montaje de su primer concierto, hasta que empiecen a crearse nuevas  técnicas, así como  tecnología para la  transmisión de sonidos de partituras a partir de iconos Guancavilcas –que significan una serie de notas y una serie pulsada de ritmos- sobre las vasijas de barro que se creía eran para guardar chicha.

Debido a las posibilidades sonoras del barro, instrumentos como antaras y zampoñas tienen tubos de distintas formas internas; conservando la tradición de las orquestas Guancavilcas la mayoría de instrumentos que el grupo Ganchozo   desarrolla  es de percusión y vientos. El Museo Etnográfico Cancebí ofrece financiar,  mediante el apoyo del Municipio de Manta,  la misma conferencia-avance de la investigación “La continuidad musical en la cultura Guancavilca”, en Manta.

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