Sayce renovó su oriente con una gala de premios
El entorno fue festivo. La añoranza y la gratitud matizaron los pasillos y butacas de un viejo y oscuro Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. La noche del miércoles pasado, en Quito, un coro ecuménico de géneros musicales nacionales se convocaron, se reconocieron, se celebraron y se premiaron. Sayce, Sociedad de Autores del Ecuador, quería saldar una antigua deuda.
Aquella noche, Troi Alvarado, ex integrante de Tranzas y actual director de Sayce, repitió en su discurso lo que muchos de los intérpretes y compositores evidenciaron en sus intervenciones: querían dejar atrás esa imagen tachoneada que tenía el gremio que los agrupa, querían borrón y cuenta nueva.
Para ello organizaron los Premios Sayce 2012, en cuya gala se premió a lo reciente y no tan reciente. Diez fueron las categorías que se eligieron para reconocer a los artistas nacionales.
Se dividieron en dos: en géneros estaban tradicional, tropical-popular-rockola, urbano, pop romántico, folclórico-protesta y rock. En derecho generado, radio, televisión, ejecución en vivo y derecho recibido en el extranjero.
El saldo de la vieja deuda fue con los compositores Carlos Rubira Infante, Nicolás Fiallos y Rubén Barba. El pasillo Te quiero, te quiero y A mi lindo Ecuador fueron interpretados por Tania Román y Danilo Rosero. Guayaquileño, madera de guerrero también fue entonada dentro del teatro.
Pese a que las canciones son repetidas incesantemente en radios y actos masivos o tertulias pequeñas, entre el público una especie de nacionalismo propuesto desde el escenario fue la tónica de esos 20 minutos de homenaje. Un vídeo con la voz de Rubira puso en escena el trabajo que hubo detrás del acto.
Sayce es una entidad que agremia a los intérprete y compositores. Recauda fondos a través de los ingresos generados por derechos de autor. De hecho, de parte de Troi Alvarado hubo un reconocimiento al Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual y a sus directivos.
Y precisamente en el apartado de Derechos adquiridos en el extranjero ganó un ecuatoriano poco conocido en los grandes círculos de músicos. Carlos Córdova Sánchez, con su tema El casorio, fue quien más generó ganancias fuera del país.
Al recibir el premio el compositor dijo: “Se debe contar con sencillez, pero con gracia. Esta canción, El Casorio, la hice cuando estaba en Estados Unidos. Como estábamos muy bajitos en Nueva York, me acordaba que allá, en la montaña, donde vivía, me esperaba un amor. Por eso escribí la canción”.
Otra de los apartados fue el del Premio Fonomecánico. En esta categoría ganó Ángel Sánchez con el tema Lindo Quito de mi vida.
Dentro de las mediciones para premiar a los artistas estuvo la de calcular cuál había generado más ingresos desde la televisión, es decir, qué tema había rotado con mayor frecuencia dentro de la programación de TV Nacional. Y quien ganó fue Fernando Proaño, Damiano, con Soy ecuatoriano. Él se impuso a temas populares como El negrito de la salsa, de Edgar Gonzalón, o Preciosa tú, de Danilo Parra.
Luego de un monitoreo que duró todo el año en radios nacionales se eligió a quien ganó más por la frecuencia con la que sonó su tema. En esta categoría ganó Juan Fernando Velasco, con Dicen.
Aquí hubo un dato relevante. En cada categoría había dos presentadores, entre figuras conocidas en el mundo del espectáculo o músicos reconocidos. Pero para esta categoría fue elegido Álvaro Rosero, gerente y locutor de Radio EXA.
Él, como ya lo había hecho en anteriores ocasiones, aprovechó para hablar en nombre de los medios de difusión privados, al menos los de radio. Celebró las premiaciones de Sayce y dijo que ahora es tiempo de perpetuar una industria musical ecuatoriana. En debates anteriores, Rosero fue cuestionado por promover en la emisora música extranjera y por algunos de sus puntos de vista sobre el 1x1 que propone el Proyecto de Ley de Comunicación.
Otra de las categorías premiadas fue la de las ganancias generadas por conciertos. A este aparatado se lo llamó Premio a Ejecuciones en vivo. El galardón se lo llevó al artista quiteño Fernando Pacheco, quien apeló a una característica de la música ecuatoriana: su diversidad.
Y fue eso mismo lo que primó sobre el escenario. Lo que no ocurre normalmente pasó. Música pop junto con rocola. Sobre la pista cantaron Rocko y Blasty y Máximo Escaleras. También el grupo de rock Ánima Inside junto con Fernando Rosero.
Así mismo el Trío Pambil, conocido por interpretar pasillos, albazos y pasacalles, junto con La Grupa. Además Rubén Barba cantó junto al mismo Fernando Pacheco, mientras se escuchaba en los coros al quiteño Fausto Miño.
Y aquella noche de contrastes presentó también a sus máximos ganadores. Barba se llevó el Premio a la Mejor Canción Sayce 2012. Su tema A mi lindo Ecuador, que cantó al final de la velada, fue la elegida. Y Damiano fue escogido como el mejor compositor.
Con esto la Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador, en un teatro que estuvo lleno, celebró aquella noche en Quito a los compositores e intérpretes. Y con ello dejaron sentado, al menos los artistas que fueron a la cita de premiación, que tienen la intención de formar y sostener la música ecuatoriana, así como dijo Alvarado, como una industria.