“Santa Elena en bus”, otro filme que llega a cartelera
Cuenta la leyenda que en Palmar, cerca de la orilla del mar, está la “piedra del tambor”, una roca mágica de donde salen peces extraños de variados colores. Se cuenta también que una doncella tenía la costumbre de ir por las tardes hasta la piedra y con dos baquetas crear un ritmo. El viernes santo la princesa quiso escapar con su novio; antes de subir al bote que la llevaría por el mundo, se dejó tocar por el agua del mar y, claro, la convirtió en sirena.
Esta es una de las 4 leyendas que se recogen en la película “Santa Elena en bus”, propuesta del proyecto “Encuentros con el Cine” de la productora ecuatoriana “Filmarte”.
La idea con la que llega este grupo de jóvenes es recoger y visibilizar las historias, mitos y leyendas de las 24 provincias del país. Otro elemento fundamental de este proyecto es que las historias son contadas por los lugareños. Son ellos los actores, los guionistas, los sonidistas, los que filman, los asistentes, los maquillistas, los del vestuario, en fin todo el personal que se necesita para hacer un largometraje.
Los vecinos de la Provincia de Santa Elena para formar parte del repertorio del filme pasaron por una selección y posteriormente asistieron a un taller de cine, en donde aprendieron actuación, sonido, manejo de cámaras, teoría de cinematografía, entre otras técnicas, dijo Gabriel Páez, director del filme.
El guión también fue trabajado por los jóvenes talleristas. La metodología consistió en que los chicos conversen con sus abuelos, que son los que tienen las historias, y de esas se escogió la mejor y se la adaptó, relató el director. “En los talleres se trata de condensar todo en un mes. Tratamos de darles todas las herramientas para que en el rodaje se desenvuelvan casi solos”, dijo Páez tras añadir que lo que hacen los talleristas es guiarlos y hacer un control de calidad.
Se impartieron 4 talleres con 25 jóvenes en cada uno, en 4 comunidades de la provincia de Santa Elena. Al final participaron 49 chicos más un variado número de extras que generalmente eran personas que se encontraban en el lugar y decidían acolitar, contó Lidia Salcedo, quien hizo de sirena en una de las historias.
“Mi sueño era salir en televisión, me daba vergüenza, pero quería salir”, dijo Erika Rosales, de 19 años y que en el filme interpreta a Elvira una joven que espera más de 20 años a su amado Medardo, quien aparentemente fue raptado por el jinete sin cabeza. Los dos ancianos y sin ningún tipo de compromiso deciden casarse. La tradición cuenta que los recién casados tienen que ir en procesión por la orilla del mar. Esta vez los esposos fueron acompañados por una puesta del sol y las melodías de un violín que fue interpretado por uno de los músico más viejos y queridos de la provincia. “Es todo un personaje”, dijo la productora Isabel Rodas, tras añadir que “los sueños sí se hacen realidad y mientras más altos, más grandes los resultados.”
Rodas contó que junto a Gabriel decidieron hacer el proyecto; es así que materializaron las ideas y en 2010 se presentaron ante el Consejo Nacional de Cinematografía de Ecuador (CNC) y ganaron en la categoría “Producción Audiovisual Comunitaria”. Para 2012 volvieron a participar y en esta ocasión se llevaron el premio en “Post-producción Largometraje Ficción”.
El haber ganado los premios con el Consejo de Cine le ayudó a tener el 20% de la inversión de la producción total, que llega a los 250 mil dólares, precisó la productora. “Hacer cine es caro, pero bueno, hoy termina una etapa y ahora nos vamos con Encuentros con el Cine a las otras 23 provincias”, dijo.
Rodas informó que para las siguientes películas que tienen planificado realizar convocarán a cineastas para que se involucren con los proyectos comunitarios. “La idea es involucrar a más cineastas para diversificar este tema del cine. La mayoría de artistas está en Quito, pero en las comunidades también hay gente que está interesada en hacer proyectos”.
Los jóvenes que participaron en este primer taller se quedaron con la espinita de seguir haciendo cine, es así que Joselyn Merchán y Lidia tratarán de seguir buscando historias y el modo para contar las historias de su pueblo. “Santa Elena ya tiene su película, nosotros también aprendimos a soñar”, dijeron las jóvenes actrices.