A la altura del km 28 de la vía a la Costa, en el sentido Guayas-Santa Elena, un camino vecinal en el lado derecho lleva hacia un conjunto de comunas apartadas de la vía principal.

El recorrido dura cerca de dos horas. Inicia con Limoncito y termina en Buenos Aires, a la altura del km 89 de la mencionada carretera interprovincial.

Antes de llegar a Buenos Aires está la comuna Sacachún. Desde 2011 es más conocida en el país desde que retornó el monolito de San Biritute. La arqueológica escultura data desde los tiempos prehispánicos y por seis décadas estuvo en el Museo municipal de Guayaquil.

“Con su llegada volvió la prosperidad”, asegura Martha Tomalá, de 68 años, nativa del lugar. Por 25 años se ausentó de su lugar natal por la falta de movimiento comercial y volvió antes del regreso del monolito.

Doña Martha atiende un local de ventas de artículos varios, como alimentos y artesanías. Los mejores días para el comercio son los fines de semana. “Llega bastante gente de Guayaquil”, afirma.

Entre obras de la Prefectura, Ministerio Coordinador de Patrimonio y del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) se remodeló el sitio para atraer a los turistas nacionales y extranjeros.

La historia de San Biritute y lo que representa para los habitantes de Sacachún será expuesta en la edición 59 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, que se realizará en Colombia del 6 al 11 de marzo próximo.

Durante casi tres años y medio Isabel Rodas, productora ejecutiva de Filmarte, vivió en la comuna para conocer detalles del monolito y plasmarlos en la película Sacachún que se estrenó el año pasado en las salas de cine del cantón La Libertad, en Santa Elena.

La cinta narra los relatos de los ancianos de un pueblo a punto de desaparecer y que ha esperado el regreso de San Biritute, “el dios de la lluvia”, secuestrado por autoridades locales.

Sacachún es la única representante de Ecuador en la selección oficial del festival dentro de la categoría “Documentales, algo que declarar”.

Es algo que enorgullece a Ambrosio Tigrero, exdirigente comunal, que en la década de 1950 reclamó ante funcionarios públicos el regreso de San Biritute.

“Fue una lucha larga, pero tuvo buen final”, dice Tigrero, quien nació en el lugar que abundan las historias y leyendas. (I)