Rosy Revelo descubrió en el aluminio un metal noble

La artista y pintora ecuatoriana Rosy Revelo descubrió su fase de alquimista con su más reciente exposición titulada “Eros-iones”, que se expone en la Alianza Francesa de Quito desde el pasado 17 de julio. Son 36 obras en las que el aluminio, un metal abundante en la naturaleza, deviene protagonista de todas las piezas.

La creadora, oriunda de San Antonio de Ibarra, rescató el metal del basurero, le otorgó un “valor” y lo convirtió en el “soporte” de todas las obras; prácticamente reemplazó al lienzo.

“El aluminio se convierte en otro color y al combinarlo con varios elementos, como petróleo y gasolina, va tomando una textura particular, dándole un efecto con tonalidades propias de la tierra”, contó la artista, mientras tocaba la base de la obra “Más sabe por viejo”, que pertenece a la temática de Eros.

La ibarreña recordó que una tarde salió con unos amigos a ver la impresión de un libro y se encontró con las placas de aluminio que se desechan. Por curiosidad se acercó a ellas y el efecto fue “alucinante” para su imaginación, pues al ver su sombra reflejada con una luz resplandeciente y ciertos destellos asumió que aquel material sería la base para su nueva creación.

“Empecé a experimentar con alquimia las mejores técnicas para que la pintura se adhiera, para que sobre el aluminio sea permeable, durable, para que la búsqueda no quede en el aire, sino mas bien que permanezca en el tiempo. Eso lo proporciona la pintura de polieturano, que es como la laca automotriz (...) es difícil de tratar, pero es muy noble y con los resultados uno queda fascinado”, describió la artista.

Revelo, que tiene 45 años cumplidos y media vida dedicada al arte, aseguró que la muestra le llevó 5 años e indicó que eso se debe al proceso de “experimentación” que tuvo con el metal.

“Los trabajos que se han efectuado con aluminio son varios, pero fusionarlo con la pintura y el dibujo no es común”.
“Eros-iones” es una invitación “a recavar los sentidos, repensar lo que podemos hacer y rescatar, es la pasión que le ponemos a las cosas, en síntesis, es el camino que va al amor”, dijo la creadora,  y añadió que “la técnica como el concepto de la obra y la propuesta plástica son auténticos”. 

Antes de trabajar en las planchas de aluminio, la artista ya había elaborado un boceto con un sinnúmero de dibujos trazados a mano y con una diversidad de colores. Revelo estudió también anatomía para delinear los cuerpos de los amantes que aparecen en la muestra que lleva ya nueve días  expuesta en Quito.

“Naturaleza”, “Eros” y “Ancestros” son las temáticas que estructuran las 36 obras. Todas tienen interrelación entre sí, aseguró Rosy. Agregó que las “Valdivias recreadas que aparecen en una serie de cuadros pertenecen a la fecundidad, a la identidad y por ende a la naturaleza”, tocando de esa manera las tres fases de la muestra. Las obras están cargadas de colores primarios, cálidos, que se mezclan con destellos plata por la presencia del aluminio.

Así, en “Naturaleza” podemos encontrar una serie de árboles en donde el verde se transformó en mostazas, rojos; se llega a la representación nueva de la Pachamama. Los árboles, además, están cargados de hojas gigantes y en sus troncos se divisa el cuerpo de un ser humano.

Esto remite a que todo está conectado, que todos vienen de la naturaleza a la que hay que proteger, indicó la artista, quien además aseguró que otra de las razones de trabajar con el aluminio fue no dañar el ecosistema, sino protegerlo de la erosión que se provoca cotidianamente.

“Eros”, mientras tanto, busca el impacto con las poses de los amantes que siempre se encuentran dentro del cuerpo de otro ser, ratificando así la cita de Octavio Paz que dice que el Eros es “ante todo otredad, un querer salir del sí mismo para ser el otro, lo que nos complementa, nos vuelve perfectos, unitarios”, dijo Sonia Kraemer, curadora de la muestra.

La sala donde está expuesta la temática “Naturaleza” encierra a las cuatro regiones del Ecuador. En ella se aprecia una canoa que flota en un océano rectangular de mercurio rodeado de arena y un cielo marrón.

A una choza, en lugar de paja, se puso un nevado de plata. El Oriente, por su parte, es una selva llena de colores cálidos y pocos verdes mezclados con unos insectos y animales característicos de la zona. Galápagos tiene su flora y su fauna y las tortugas son las que predominan en la obra que contiene, claro, otros animales de la localidad.

Las obras de Revelo, que estarán expuestas hasta el 17 de septiembre, tienen otra característica: la mayoría tiene un ojo o varios. La idea es otorgarle un elemento que lleve a la reflexión, dijo la artista, y agregó que la mirada generalmente “increpa y cuestiona desde dentro”. Y eso es lo que pretende con su muestra.