Rosero presenta 'Recreación de la historia'

El artista Paúl Rosero (Quito, 1982) inaugurará mañana, en la galería El Conteiner de El Pobre Diablo, la muestra ‘Recreación de la historia’. En ella explora la noción de geografía política, hace una revisión histórica de formas de ocupación del entorno a través de tres instalaciones con imágenes y objetos desarrollados en los últimos años en distintas zonas de Ecuador, Perú y la Antártida.

En 2013, Rosero viajó a la Antártida como parte de una residencia artística. Logró una serie de fotografías en las que se representa el juego de la soberanía y la fuerza del hombre por intervenir los espacios. “La Antártida es un espacio donde la soberanía de los países está suspendida. No son dueños de esos espacios, sino que los usan como jurisdicción”.

Con las fotografías, Rosero muestra diferentes elementos que el hombre ha implantado en ese territorio para delimitarlo, como aquellas señales de tránsito que están en dirección al océano, donde ya no hay nada.

En otra instalación hay registros del destino del ‘Meteorito de Daule’, un cuerpo astral que cayó en distintos lugares del cantón guayasense del mismo nombre en 2008. Una de sus partes la encontraron campesinos que cosechaban arroz y posteriormente fue decomisada por agentes de las Fuerzas Armadas del Ecuador (FAE) para exhibirla en Quito. La otra parte la halló un campesino que la escondió para luego venderla a unos socios alemanes-estadounidenses que la partieron en cientos de pedazos, y que luego se comercializaron en Ebay.

El artista plantea con estos relatos alternativas para repensar el hábitat que se relaciona con las nociones de ‘Estado-nación’. Rosero deja abierta la posibilidad de una geografía imaginaria y emergente.

Hace una crítica sobre los discursos de las identidades que se forjan a partir de la relación de pertenencia con un lugar y las categorías que se crean: de primer a tercer mundo. La muestra “habla de lo que se crea, el lugar de enunciación surge del movimiento, no a partir de un territorio fijo -dice Rosero- sino a partir del movimiento, con lo cual se va moldeando la identidad. Uno es del lugar donde se construye”. (I)