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Reflexiones sobre valores, violencia y familia se trataron en un festival

Familia es familia narra la divertida relación entre Tuco (Raymundo Zambrano) y su nieta Sarita (Britny Mera).
Familia es familia narra la divertida relación entre Tuco (Raymundo Zambrano) y su nieta Sarita (Britny Mera).
Foto: Rodolfo Pärraga / et
30 de noviembre de 2019 - 00:00 - Redacción Cultura

El abuelo Tuco (Raymundo Zambrano) busca la forma de controlar a su inquieta nieta Sarita (Britny Mera). Volver a criar a una infante a sus 90 años lo ha puesto de cabeza, pero no a su corazón. Ese músculo vibra más desde que se ha hecho cargo de esta nena, de 7 años, desde que su hija se la encomendó por un viaje sin pronto retorno. Esta relación se retrata en la obra Familia es familia, una de las cinco piezas que participó esta semana en el I Festival de Teatro Danza de Guayaquil, organizado por la Corporación Tragaluz.

El proyecto pertenece a la reconocida actriz Rossana Iturralde, presidenta de la organización, y con la actriz Nadyezhda Loza, efectuó este encuentro dirigido a jóvenes de colegios fiscales.

“Estoy convencida de que el teatro debe ser parte de la vida de los estudiantes, desde el colegio, desde que son chiquititos”, dice Iturralde, quien hace 13 años presenta proyectos teatrales en barrios marginales de Guayaquil. También ha realizado talleres que involucra a los adolescentes a montar obras para que vivan la experiencia.

Alumnos del colegio réplica Simón Bolívar y el colegio Julio Estrada Ycaza presenciaron cinco piezas teatrales de los grupos La Valienta EC, Cactus Azul, Teatro de las Entrañas, Palosanto y la pieza de danza de Talía Falconí.

Obras invitan a la reflexión
“Antes de que empiecen las obras hablo con los chicos sobre el esfuerzo que significa estar arriba en el escenario, la entrega corporal, mental y emocional”, indica Iturralde, quien estaba a gusto de ver a los adolescentes “atentos y concentrados”.

Esta reacción resultó de la puesta en escena de Talía Falconí con Frágil, una obra abstracta de reflexión sobre la existencia. La bailarina narra, a través de un performance ambientado con electroacústica, un conflicto de la condición humana.

Los colegiales también se conmocionaron con la pieza Sola, de Salomé Velasco. Esta aborda la situación de una mujer encerrada en una casa con su marido, como también una experiencia de violación.

Edipo, los ojos que el viento nunca se llevó fue otro montaje realizado por Zaydum Chóez. Una versión diferente de Edipo el rey, trabajado desde lo abstracto para retratar el conocido complejo que vive un hombre en conflicto con su padre y su madre.

Reflexiones

La obra de Raymundo Zambrano y Britny Mera fue otra de las piezas admiradas. “Además de las otras, a mí me interesaba que vean la obra Familia es familia, porque tiene un corte coloquial y realista que es más cercano al público y que al igual que las otras, tiene un trabajo de investigación de admirar”, expresa Iturralde.

“El arte en mi concepto no es diversión, es reflexión con las personas que están viendo. Eso se ha buscado con los estudiantes, que tengan ese contacto con una obra seria y contacto con este espacio, con ser espectador de una obra de teatro y danza”, opina Nadyezhda Loza.

Como coproductora del festival está interesada en la observación de esta audiencia no solo para contar lo que sucede en el país, también para sensibilizar a un público que en el futuro será consumidor de teatro.

“El teatro que nos interesa busca la extracotidianidad, no representar realísticamente todo lo que pasa. Queremos que vean este trabajo de investigación que apela mucho a la imaginación”, puntualiza la actriz.

El tema familiar que plantea Zambrano y Mera con sus personajes de Tuco y Sarita envolvió a los jóvenes entre la comedia y esa realidad que viven aquellos atravesados por la migración.

“Es una obra que aborda el desarraigo a través de una nieta que le toca vivir con su abuelo debido a que su madre le toca irse a España para divorciarse”, cuenta el actor.

Tomó a su clásico personaje que se dio a conocer en las piezas de Tuco y Manuco. En esta historia es un viudo a quien su nieta saca de casillas, pero se aman incondicionalmente.

“Sarita es observadora, no le gustan las injusticias, no le gusta que la vean llorar y nunca le falta el respeto a sus mayores”, describe Mera sobre este personaje que construyó con Zambrano.

El festival contó con el apoyo de la ATM, el Banco del Pacífico y la Casa de la Cultura del Guayas para su desarrollo. (I)

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