Realidad de un traductor increíble; Kipus y Centenarios del Bicentenario
Entre 1982 y 1991 aparecieron seis volúmenes de la revista Criterios, publicación del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con un total de más de mil páginas dirigidas por un solo individuo.
Esto es perfectamente creíble pero no que el traductor de todas esas páginas sea una sola persona.
Entonces nos encontramos ante el caso en que la realidad es lo incredible, porque asumimos que es verdad lo que expresan los responsables de Criterios en el sentido de que Desiderio Navarro tradujo todo lo que la revista publicó en ese lapso.
La calidad, especialización y extensión de los textos traducidos exigen un dominio de diferentes idiomas y jergas especializadas, por lo que Navarro traduce al castellano del ruso, croata, eslovaco, polaco, italiano, francés e inglés, a autores difíciles como Lotman, Pavlicic, Vattimo, Margolin, Markiewicz, Todorov, Bajtin, Pfister, M.S. Kagan y Smeu, trabajo admirable, sin duda, que solo leerlo demanda un tiempo prolongado y constituye un gran enriquecimiento cultural y literario.
Bien decía Lispector que la realidad es lo increíble, aunque parezca una invención.
Pero no debe sorprendernos: el ser humano siempre tiene algo nuevo para agregarle a nuestra visión del mundo.
Pasemos ahora a Kipus, revista andina de letras No. 26, publicación del área de Letras de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador, que aparece cada seis meses en Quito.
Esta entrega de Kipus trae un conjunto de trabajos en torno al Bicentenario de la Independencia hispanoamericana, entre los que destacan las respuestas de Enrique Ayala Mora al agudo cuestionario que el historiador catalán Manuel Chust le propuso sobre el tema: luego “La Independencia en tres novelas andinas”, de Gloria Riera Domínguez, así como “Simón Rodríguez, un pensamiento americano”, de David Guzmán Játiva.
Es notable el análisis que hace Raúl Serrano Sánchez sobre “Mi delirio sobre el Chimborazo”, la hermosa meditación poética del Libertador, y ajustado y preciso el homenaje de Susana Rosano a Juan Carlos Onetti. Cabe mencionar también “En nombre de un amor imaginario y los orígenes de la República del Ecuador”, de Michael Handelman.
Todo esto en lo que respecta a los textos de fondo de Kipus, inteligentemente dirigida por Raúl Vallejo, porque el volumen aborda aproximaciones livianas y de la actividad cultural inmediata en secciones como De la escena contemporánea (una conversación de Vallejo con Jorge Velasco Mackenzie sobre Tatuaje de náufragos, la más reciente novela de este), Reseñas (de Aires de Elicot City, Blumur, Cuerpos guardados, Vidas perpendiculares y Crónica del mestizo), Referencias de publicaciones (recientes) y Colaboradores (de suma importancia para conocernos mutuamente).
Por último, un libro que me llegó de casualidad. Lo armé yo por encargo (del Ministerio de Cultura), me pagaron, pero nunca me enviaron un ejemplar. Se anunció su lanzamiento en Guayaquil. Y fue lanzado en una Feria del Libro, pero como no llegó el envío al Puerto, fue lanzado en ausencia …del libro. Insólito hecho, posible solo en el país de la línea imaginaria, es decir de Ripley. Tanto “La carita de Dios” (Quito) como “La perla del Pacífico” (Guayaquil) (esto es un homenaje a nuestra cursilería, a lo que podemos agregar “La Atenas del Ecuador”, “La ciudad de los reales tamarindos”, “La centinela del sur”, “La capital mundial del banano”, “La ciudad blanca”, etcétera), no se alteraron ¡No había pasado nada! Solo se trataba de un libro.
Un libro que salió en Quito, el 2009, con mi nombre en la portada, como autor, el sello editorial del Ministerio de Cultura, en la colección (seguramente efímera) Centenarios del Bicentenario, con el título Guayaquil 100 años después de Joaquín Gallegos Lara, Angel Felicísimo Rojas y Aguilera Malta, una breve presentación del ministro de Cultura de esos días, Ramiro Noriega y un estudio introductorio mío sobre Guayaquil como productora de cultura, en especial de narradores y el sentido identitario de estos, destacando el centenario del nacimiento de tres de ellos: Aguilera Malta, Gallegos Lara y A.F. Rojas. con la celebración del Bicentenario del 10 de agosto de 1809.
El volumen se completa con Un idilio bobo, El guaraguao y El cholo que se vengó, cuentos de Rojas, Gallegos Lara y Aguilera Malta, respectivamente.
Es de Ripley, sin duda, que dos años después de haber sido publicado le haya llegado, de pura casualidad, un ejemplar a su autor.