Para la mayoría de seguidores de la música rock a escala mundial, la noticia de la muerte de Ray Manzarek, una de las figuras más aclamadas dentro de la escena psicodélica de los años 60 y miembro fundador de la legendaria banda californiana The Doors, dejó un profundo vacío por la pérdida de uno de los maestros teclistas.

Manzarek visitó el país, por primera y única vez en 2008, cumpliendo con una apretada agenda de conciertos para celebrar sus más de cuarenta años de vida musical. La afluencia al evento fue masiva, debido a la gran expectativa en torno a la banda y sus integrantes.

Indudablemente, bandas como The Doors, Pink Floyd, The Beatles, Rolling Stones, entre otras tantas de la época, marcaron una tendencia dentro de la generación beat que emergía en los albores de los 60, influencia musical e ideológica que duraría hasta ahora.

Rastreando dentro de la escena musical ecuatoriana  se puede encontrar que un gran porcentaje de bandas, que se ubican dentro del género rock, ha tomado como influencia inicial a la reconocida banda estadounidense, llevando la propuesta musical de The Doors a un nivel ideológico y político que busca rebelarse y generar espacios de irreverencia y lucha social.

El testimonio

Carlos Arboleda, de 39 años, músico de profesión, confiesa que su vida ha sido muy afortunada, porque gracias a ella  ha tenido la oportunidad de tocar con la mayoría de sus “héroes”, como él los denomina, entre ellos están reconocidas figuras de la escena nacional: Pancho Prado, Ricardo Peroti, Ricardo Williams, Alberto Caleris, Hugo Idrobo, Héctor Napolitano, entre una larga lista de  figuras de la música nacional.

Arboleda relata que a inicios de los 90 fundó la banda llamada Karma, integrada por él en los teclados, Johny Ayala en la guitarra, Ivis Flies en el bajo, Esteban Torres en la batería y percusión, y Christian Mejía como vocalista. El músico quiteño explica que el proyecto duró cerca de 8 años, tiempo en el que  la convivencia musical generó intensos procesos de creación propios de la banda, hecho que marcó su estilo y les permitió ganarse el reconocimiento de un público bastante exigente para la época.

La influencia

Con cierta nostalgia Arboleda recuerda cómo es que llegó a la música de The Doors, describe que fue cuando tenía 12 años que un compañero de colegio, ahora fotógrafo profesional, le regaló un casete con los grandes éxitos de la banda. Carlos afirma que Ray fue uno de los primeros teclistas que escuchó y fue, de alguna manera, su sonido exótico e incomparable que lo sedujo y desarrolló en él esa pasión por la música  y, especialmente, por ciertos géneros musicales. Carlos es teclista, desde hace más de veinte años toca el piano, el órgano y los sintetizadores.

Para él, los sonidos exóticos y extravagantes de Pink Floyd y The Doors fueron la línea conductora que produjo un auto descubrimiento musical. Arboleda, músico de larga data dentro de la escena nacional, reconoce que la preparación y conocimiento musical de Manzarek es inigualable, lo que  demuestra gran potencial y dominio de técnicas y manejo sonoro. Añade que quizá fue ese detalle el que catapultó a la fama a la banda, sin dejar de lado, claro el talento de Jim Morrison,  Robby Krieger y John Densmore.

Un dato curioso, y quizá poca gente lo sabe, es que Ray tenía cierta cercanía con sonidos latinosUn genio en las sombras

Manzarek articuló y dinamizó a la banda. Jim Morrison se caracterizó por ser una figura seria y bastante densa, debido al tipo de lecturas que realizaba, entre ellas a William Blake y Aldous Huxley, y debido a su tendencia filosófica-poética, hecho que lo hizo un ser místico y etéreo. Así, fue Ray quien se convirtió en el conector a tierra de Morrison.

Un dato curioso, y quizá poca gente lo sabe, es que Ray tenía cierta cercanía con sonidos latinos. Es comprensible por la época y los sonidos que influenciaron en su estilo: Hendrix, Santana, Joplin y toda esa generación marcada por melodías explosivas y nuevas.

Morrison se caracterizó por ser  serio y denso debido a sus lecturas: Blake y HuxleyÉxitos que hacen vibrar

Manzarek junto con Morrison compusieron varios temas que se convirtieron en éxitos mundiales, “Ligth my fire”, “Rides on the storm” y “The End” son canciones en las que se pueden apreciar el virtuosismo de la técnica de Manzarek, sonidos limpios, escalas impecables y un juego sincronizado entre el teclado y su piano Rhodes (teclado que suena como bajo). Para todos los amantes de The Doors, y todos quienes hayan escuchado alguna de estas canciones podrán entender la energía que se transmite en cada nota, y estas, al conjugarse con la potente voz de Morrison, logran construir una atmósfera para elevar los sentidos. Eso es The Doors  y, precisamente, ese fue el triunfo de Manzarek que logró con la banda.

Hay que tomar en cuenta que esta corriente y sonidos estrambóticos emergieron en una época eminentemente conflictiva y caracterizada por el horror vivido tras una guerra mundial que fue devastadora, tanto en el ámbito económico como en el aspecto social-cultural y político. Este fue el marco en el que millones de jóvenes decidieron romper las reglas y buscar nuevos canales de expresión. El rock, como género musical e ideología política, fue la mejor arma de protesta y rechazo frente a tanta violencia.

El inicio de un nuevo viaje

Tras 74 años de vida y un largo historial de éxitos, Ray falleció el pasado lunes en Alemania. Sus últimos años de vida fueron decisivos e intensos, pues tuvo que librar una feroz batalla contra un cáncer hepático que lo arrebató de esta tierra. Él jamás estuvo solo, su esposa Dorothy Manzarek  y sus hermanos, Rick y James Manzarek, lo acompañaron hasta el final.