El edificio del Centro internacional de Estudios superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) en Quito ha sido testigo de varios acontecimientos académicos y políticos que marcaron la historia del continente. Y, durante los últimos 15 días, un ajetreo inusitado se vivió en el vestíbulo que desemboca en la avenida Diego de Almagro, en el espacio que antes funcionaba como recepción de la entidad.

Decenas de libros de ciencias sociales y comunicación habían sido colocados en las perchas recién instaladas tras los vitrales de Rayuela, la librería independiente que el director general de Ciespal, Francisco Sierra Caballero, eligió como aliada para la venta y distribución de los títulos que periódicamente publica la editorial Quipus junto a la revista Chasqui, también editada por esta institución.

El proyecto busca satisfacer la demanda de lectores que difícilmente encuentran textos especializados en las cadenas comerciales cuya oferta se basa en las ventas mayoritarias, alejadas de temas como el periodismo, la crítica literaria, sociología, educomunicación, entre otras disciplinas e intenta distribuir a escala internacional estas producciones nacionales sin excluir a autores foráneos que van más allá de las ciencias humanas.

Los compendios y antologías de caricatura, algunas novelas publicadas este año y la literatura infantil estuvieron entre las expectativas de varios vecinos del sector que se comunicaron con Mónica Varea, de Rayuela, en el momento en que se enteraron de la nueva instalación.

Para Varea —librera de oficio con casi una década en las riendas de Rayuela y quien acaba de cumplir el encargo que el Fondo de Cultura Económica (FCE) le dio al ponerla al frente de su estand en la Feria del Libro de Quito, que culminó el pasado 1 de diciembre— este nuevo local es una extensión de una actividad poco remunerada en el país, el cual se sostiene por autogestión, ya que “la venta de libros es muy lenta, al igual que la rotación de cada título, es un trabajo que uno hace por mucho amor al arte porque al libro hay que darle su espacio, ya que hay buenos lectores para ello. Hay que promocionarlo, hay que estimular y convocar a que la gente le pierda miedo al buen libro”.

A la librería Rayuela, que seguirá funcionando con su oferta habitual,  por ejemplo, han llegado personas con una inquietud común entre nuevos lectores, afirmando que no entienden géneros como la poesía. Esas personas han formado un nicho en torno a los versos luego de que Varea les explicara que los poemas tienen que ver más con las sensaciones que con el entendimiento.

Esa experiencia se trasladará, a través de su hija, María Paz Cordovez, a la sucursal de Ciespal. Ella será la encargada de vender los textos agrupados en temas como la filosofía, historia y política, adicionalmente a la comunicación.

Entre los títulos que ya se hallaban en las perchas recién instaladas —la librería especializada en comunicación y ciencias sociales para Ecuador América Latina se inaugurará esta noche, a la 19:30— está El capital en el siglo XXI, del economista francés Thomas Piketty.

La obra, un replanteamiento de El Capital, de Karl Marx, fue una de las más vendidas durante la Feria del Libro y, para más referencias, se puede catalogar como un best seller contemporáneo comparable a aquellos escritos por Slavoj Zizek, cuya impronta sobrepasa a Susan Sontag en la década de los 60; Christopher Lasch, en la del 70; y Francis Fukuyama en la del 90.

Otras novedades tienen que ver con autores tan heterogéneos como Junot Díaz, Patrick Modiano, Michael Foucault y el historiador Jorge Núñez Sánchez, autor de Ecuador, Revolución Ciudadana y Buen Vivir.