Los 11 días de protesta social que vivió la capital han dejado daños en inmuebles del Centro Histórico, además en los sectores La Marín, San Blas o Mercado Central.

La Plaza del Teatro fue uno de los “punto críticos”, según un informe del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP). Este diario constató, el 10 de octubre, que allí decenas de paramédicos asistieron a manifestantes heridos.

En las calles Manabí,  Guayaquil o García Moreno hubo cercos policiales que impedían el paso de protestantes hacia la Plaza de la Independencia −donde está el Palacio de Carondelet−, pero sitios como el centenario Teatro Nacional Sucre tuvieron menos protección y vigilancia.

En algunas aceras “se levantó el acabado de adoquín” y se desprendieron “piedras patrimoniales”, según un primer informe técnico del IMP.

Mamposterías e inmuebles de valor histórico fueron grafiteados, lo cual es visible incluso en conventos, y el sello de Patrimonio Mundial −en San Blas− tiene rayones.

El monto aproximado para intervenir en reparaciones y limpieza del sector a lo largo de doce semanas es de $ 500.000, según los primeros cálculos del IMP, entidad que dirige Raúl Codena.

Los trabajos empezaron la mañana de ayer y Juan Fernando Velasco, ministro de Cultura y Patrimonio, señaló −en una entrevista transmitida por FM Mundo− que el INPC (Instituto Nacional de Patrimonio) dará asesoría y asistencia técnica para las intervenciones en estos bienes.

La competencia de su conservación es del Municipio. 

“Hubo una incursión en una dependencia del INPC en Cuenca, pero no pasó a mayores”, contó Velasco. No se han registrado afectaciones en los 17 museos administrados por el MCyP −incluido el Museo Nacional del Ecuador− y se abrirá otro en Loja.

Para el antropólogo Abel Ramírez Guerrero, las piedras, los inmuebles patrimoniales tienen sentido por la “diversidad de procesos sociales como los actuales (...) La arquitectura de Quito te cuenta cosas; pero suele olvidarse que es la memoria de la gente que fue discriminada, violentada y asesinada”. (I)