El último filme por estrenarse este año, mañana, no es una película de carretera aunque está construido a partir de un largo viaje. Se trata de un documental presentado con una frase mágica que lo acerca a la ficción: «La increíble historia del hombre que inventó el agua tibia y su amigo saudí».

Los protagonistas (Xavier Moscoso y Juan Rohn) intervienen en el rodaje e incluso aparecen planeando las escenas, los puntos de giro, ‘el punto de drama’ y demás elementos que puedan hacer atractiva a una historia que se construye en Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Vietnam con situaciones hilarantes.

Noviembre de 2010 fue el inicio del trabajo que incluyó 440 horas de video, las cuales fueron vistas por Francisco Viñachi, quien se encargó de la edición final, cuya duración fue de un mes y medio.

Moscoso, el personaje central, brilla por el fraseo que usa y que, ante la cámara, sirve para quitarle el velo a las cosas sencillas hasta encontrar lo absurdo que contienen. Él arribó a Norteamérica en 1964, “el mismo año en que llegaron Los Beatles” y le dio un giro a su historia de vida. Una experiencia que Rohn quiso contar a una década de no verlo, en 2010.

Pero el reto de esta obra, construida en el género con más aceptación en las salas del país, es hacer reír a los espectadores que vayan a verla en Quito y Guayaquil.

La comedia, la farsa, el humor o como se lo identifique es algo en lo que Juan Rohn no es novato. Al colectivo de producción Sapo Inc. del que es parte, lo caracterizan las investigaciones que sobre los contextos locales emprenden para narrar de forma experimental algo que va más allá de la simple técnica cinematográfica.

Sus películas experimentales, documentales y cortos se han presentado en los países de Brasil, Estados Unidos, Italia, Argentina, Austria y Alemania. Rhon ha desarrollado su carrera como artista de igual manera, dentro y fuera del Ecuador en soportes que van de la escritura al stand up comedy. Todo sin dejar de producir risas a granel.

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